Exclusivo
Deportes

Lucía tuvo su primera clase de jiu-jitsu brasileño en el 2022. Se entusiasmó al ver a su papá Dani entrenando.Cortesía

Lucia Acosta, la niña de 7 años campeona de jiu-jitsu brasileño

La deportista se ganó la admiración de la comunidad ecuatoriana de esta disciplina al conseguir dos medallas en un torneo en Estados Unidos.

Tiene siete años y representa a Ecuador en Estados Unidos en el jiu-jitsu brasileño. Lucía Acosta es toda una campeona y su padre Dani lo dice con orgullo: “Nunca imaginamos que le gustaría tanto”, expresa sobre la pasión y dedicación que pone su hija a la hora de entrenar y competir. Es que a pesar de su corta edad, la pequeña fue el centro de los elogios de la comunidad ecuatoriana de este deporte, cuando el pasado sábado 21 de enero logró coronarse campeona en un torneo de la liga NewBreed en Estados Unidos, país en el que residen desde hace un año.

El torneo Coral Springs New Year’s Open fue el escenario donde esta jiujitsera ecuatoriana se colgó dos medallas, una de oro en la modalidad con kimono y otra de bronce en la modalidad No Gi (sin kimono). Sin embargo, subirse al podio no fue lo que realmente conmovió a los practicantes del ‘arte suave’, como también se llama al jiu-jitsu brasileño, sino su estilo aguerrido de lucha, sin tenerle miedo al rival que se le ponga enfrente, porque ella sabe que gracias a su entrenamiento y preparación puede vencer a quien sea.

El objetivo de Dani siempre fue ese: que su hija no creciera con miedo y que pudiera defenderse de los peligros que viven las mujeres en la sociedad actual. “Nunca pensé que llegaría a gustarle tanto como para querer competir y prepararse como lo hace, yo solo quería regalarle una ‘herramienta’ para que tenga seguridad”.

Lucía entrena desde hace poco menos de un año en el gimnasio de American Top Team en Aventura, Miami. Cada vez es más grande la comunidad jiujitsera femenina.

Hay que recordar que además de ser un deporte, el jiu-jitsu es un sistema de defensa personal aplicado a situaciones reales, en el que una persona puede someter a un agresor más grande y fuerte utilizando las técnicas adecuadas, ya que fueron creadas para ser efectivas sin necesidad de aplicar fuerza. Es por eso que se lo llama ‘arte suave’.

La atracción de la pequeña de siete años hacia las artes marciales no es algo que surgió de la nada. Su padre es preparador físico y profesor de muay thai, por lo que trabaja con peleadores de artes marciales mixtas para ayudarlos a llegar a su mejor nivel, y Lucía lo ha acompañado desde siempre. “Cuando era muy chiquita ella me veía hacer ‘guanteretas’ y le llamaba mucho la atención. Yo hacía que dé golpecitos y ella se divertía”.

Dani es de nacionalidad venezolana, pero vivió 10 años en Ecuador, donde conoció a su esposa, Andrea Rojas. Llegó a Estados Unidos para trabajar en el gimnasio de American Top Team de Aventura como ‘headcoach’ de muay thai, y fue en ese lugar donde Lucía se enamoró del jiu-jitsu brasileño.

“Ella tiene un espíritu muy competitivo. Debutó en el tatami en un torneo interno de la academia, donde venció a todos sus rivales y se coronó campeona”, dejó saber el orgulloso padre.

A pesar de su corta edad, Lucía se toma este deporte con mucha seriedad y compromiso. Antes de la competencia del pasado 21 de enero, además de su entrenamiento técnico de jiu-jitsu, Andrea, su madre, cuidó su alimentación y Dani la preparó físicamente para que tuviera un buen desempeño. “Para ella, esto no es un juego, sabe lo que hace y cómo ejecutar su plan de pelea. Me sorprende porque cuando empezó a entrenar nunca pensé en ella como una campeona mundial”, contó Dani.

Lucía se divierte aprendiendo nuevas técnicas y compartiendo con sus compañeros en el tatami. ¿Por qué te gusta tanto este deporte?, le preguntamos. “El jiu-jitsu me gusta porque me siento a salvo”, sentenció la pequeña deportista.