Cada vez falta menos. Mientras Liga de Quito e Independiente del Valle cuentan las horas para la final de la LigaPro de este sábado 7 de diciembre, Diego Chamorro y Rubén Santamaría, hinchas del club albo y de los rayados respectivamente, desde ya viven el partido intensamente.

Los dos son de los aficionados más emblemáticos que tienen ambos equipos, pues acumulan cerca de 40 años de transitar con la plantilla, incluso desde cuando uno descendió y el otro hasta cuando se creó.

Ambos coinciden en que la realidad con la que los dos equipos llegan a la primera final de este sábado, a las 15:30, en el estadio Rodrigo Paz Delgado, es diferente a la del año pasado, en la que la victoria se la llevaron los del Valle; algo que no quita que pueda ser igual de intensa.

Las cartas están echadas, coinciden ambos fanáticos, y solo uno podrá festejar al final. Ellos por lo pronto son historia viva de fe y apoyo.

Diego Chamorro: "Liga de Quito, más que un sentimiento, una familia"

El título de la Serie A del fútbol ecuatoriano logrado por Liga de Quito en 1990 marcó un antes y un después en la vida de Diego Chamorro, un escritor, profesor y editor de obras literarias, quien a la par de su pasión por los libros lleva su amor por el cuadro “Albo”.

El aficionado de 40 años cuenta que tenía seis cuando vio por primera vez un partido del equipo en el que, en ese entonces, encabezados por Carlos Ernesto Berrueta, Danilo Samaniego o Hans Ortega y dirigidos por Polo Carrera, Liga se le metió en el corazón por iniciativa de su mamá, Marcia Chamorro.

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Por si no fuera suficiente, el papá de Diego, Washington Mora, iba casi todos los días a mirar cómo se desarrollaba la construcción del estadio Rodrigo Paz Delgado.

“Fue ahí (en el estadio) donde prácticamente me crié. Tiempo después, a mediados de 1998, año en el que nació la Muerte Blanca (barra brava de Liga), me vinculé a la misma. Encontré en el graderío un ritual específico, casi familiar, porque hice amigos con los que llevo por más de tres décadas estrechando lazos familiares en la grada”, contó.

Para Chamorro, el despegue del conjunto blanco para vivir estos años de gloria, incluyendo el descenso en el 2000, se dio a partir de la edificación del estadio, incluso como barra porque “se generó un vínculo cercano entre todos, tanto que son mis hermanos de cancha y eso ahora lo transmitimos a nuestros hijos”, dijo “Futuro”, como lo conocen en el grupo, porque cuando se incorporó a la grada tenía 14 años y era de los más jóvenes.

Actualmente el amor y pasión que siente por los colores de Liga los trasladó a su cuerpo en tres tatuajes. Cada uno con un significado diferente, pero todos relacionados al equipo.

“El primero (brazo izquierdo) es un cántico que cree y que se lo sigue exclamando en la barra, el segundo (brazo derecho) tiene que ver con la carta Rey de Copas y el tercero (hombro) es un samurái que tiene una bandera de Liga y un mazo porque toco el bombo en la grada”, contó mientras su mamá lo miraba apoyándolo.

Como buen hincha también colecciona camisetas de Liga. Tienes desde la de 1990 que fue cuando empezó con la cábala, de ahí que no recuerda cuántas tiene, aunque muchas de ellas se las han “robado” (sonríe) sus hijos Matías, Diego y Nicolás, quienes también son hinchas de Liga”, remarcó.

Sobre el compromiso de este sábado, Diego considera que será un partido parejo y difícil, sin embargo, confía en que van a salir campeones, ganando en el Rodrigo Paz Delgado y el siguiente fin de semana, como visitante en Sangolquí.

Rubén Santamaría: "Independiente, el primer amor que nunca se olvida"

Rubén Santamaría fue socio fundador, dirigente y jugador de Independiente José Terán, nombre con el que se inició la rica historia del ahora Independiente del Valle. De ahí que es voz autorizada para expresar el sentir de la hinchada rayada de cara a la primera final de la LigaPro este sábado 7 de diciembre.

Hay mucha expectativa y no lo oculta, sobre todo porque percibe al equipo como suyo, como su familia. No en vano sus raíces sangolquileñas las comparte con su esposa Isabel Lara Terán, primos hermanos, cuñados e hijos Fadia Belén, Pablo y Andrés

“José Terán era mi cuñado. Él nos hizo crear el equipo que en principio se llamó solo Independiente, pero tras su fallecimiento decidimos rebautizarlo con su nombre en 1974. Luego, por el acercamiento con Michell Deller, realizamos el cambio y hemos seguido como fieles al equipo”, rememoró Rubén.

El club en sus inicios tenía al rojo como su color distintivo. Sin embargo, tras los acuerdos con el empresario se transformó desde el nombre, además de los uniformes y el escudo. No obstante, la pasión por el club en los Santamaría Lara nunca cambió.

“Independiente nació hace más de 50 años y muchos de los fundadores son de mi familia. De ahí que yo nací siendo hincha de Independiente y tengo un arraigo con el equipo, porque lo he visto desde el amateurismo hasta estos días”, comentó Pablo, el segundo hijo de Rubén e Isabel.

Si bien Rubén recuerda como partido especial el duelo ante Pumas por la Copa Libertadores 2016, cuando IDV clasificó a las semifinales con 10 jugadores de visitante y en penales, Pablo prefiere acordarse del compromiso que les dio el ascenso a la Serie B del balompié nacional y que ahora los ha hecho vivir los mejores momentos.

En su narración denota nostalgia. “Era la primera vez que jugábamos lejos de Sangolquí, contra Liga de Cuenca en esa ciudad. Cuando logramos el ascenso, como éramos pocos hinchas, nos dejaron pasar al camerino para festejar. Para mí ese partido es como el primer amor, que nunca se olvida”.

Pablo es en extremo ‘cabalero’. Tras viajar a Colombia y ver perder a IDV la final de la Libertadores ante Atlético Nacional, en Medellín, no volvió a acompañar al equipo a una final o partido en el exterior.

Como referentes, cada uno tiene los suyos. El papá se decanta por Librado Azcona, mientras que para Pablo el mejor ha sido Christian Pellerano. Aun así, ambos coinciden en Júnior Sornoza porque es un jugador canterano.

Los dos coleccionan camisetas. “Tengo todas las camisetas del club, desde las rojas con las que mi padre jugaba, hasta las actuales, incluida la primera camiseta azul y negra que salió a la venta, y así paulatinamente ha ido creciendo mi recopilación”, señaló Pablo.

Algo que destaca Pablo es que “antes los hinchas de IDV éramos 10 tíos míos y 20 primos, pero ahora algo que me encanta es ver en todo el valle de los Chillos a gente que se pone la camiseta cualquier día de la semana y son tan apasionadas como yo”.

Con respecto a la final de este sábado, la pareja de esposos y cabezas de familia anhelan ver levantar la copa a los suyos. Sin embargo, saben que es complicado porque en el año Independiente no le ha podido ganar a Liga de Quito, aunque no pierden la esperanza.

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