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Copa América: Los hinchas ecuatorianos y las historias de añoranzas desde Estados Unidos
Muchos compatriotas no han vuelto al país por no tener papeles. Extrañan todo, pero la selección los hace sentir más cerca
“Vivir en Estados Unidos me cambió la vida, pero extraño demasiado mi país”, dice en tono melancólico Hugo Roca, un ecuatoriano que reside en Nueva York y no ha vuelto al país desde hace más de 20 años.
Con motivo de la Copa América, cientos de compatriotas han coincidido, por lo que de ellos se desprenden historias de sacrificio y superación que EXTRA va recogiendo.
Por ejemplo, Hugo relata que salió de Ecuador por la situación que se vivía en el 2001. En un inicio iba a ser un viaje de pocos meses, pero ya lleva 23 años.
“Acá en Estados Unidos al ecuatoriano le va bien. Trabajo para una empresa textil y estoy con mi esposa y mi hija, pero definitivamente se extraña la tierra. Todos los días recuerdo al país con mucho cariño”, precisa el hombre de 53 años.
“Ir al estadio con mi padre (fallecido) a ver a Emelec, pasear por la 9 de Octubre, salir con mis ‘panas’ a Urdesa y comerme un buen encebollado es lo que más extraño”, precisa emocionado el ingeniero de profesión, quien asegura que cada vez que puede va a los estadios a ver los partidos de la Tri cuando juega en Estados Unidos. Y estuvo el sábado 22 de junio en el cotejo ante Venezuela.
“Es la manera de mantenerme cerca de mi patria. Cantar el himno, gritar los goles, saludar a los jugadores me llena el corazón”, revela Roca, quien explica que no puede volver al país por falta de papeles.
Cuando la tierra no se va de uno
“El calor de la gente (en Estados Unidos) no es igual. Las personas aquí son algo frías, aunque eso es lo segundo que más se extraña. Lo primero es la familia”, remarca Michael Montaño, quien reside en Los Ángeles desde hace más de cinco años. Michael, al igual que la mayoría de ecuatorianos, añora la patria.
“Mi comida de la Alborada es lo que más extraño. Un buen encebollado, bolón, ceviche. Eso es incomparable. Acá también hay buena comida, pero nada como tu propia ‘jama’”, acota entre risas el también guayaquileño, quien actualmente ya tiene dos hijos nacidos en Estados Unidos y está casado con una venezolana. Para él, el fútbol también es muy diferente.
“Ahora en los últimos años (mis hijos) le han ‘parado más bola’ al fútbol, pero antes todo era puro fútbol americano y básquet. Yo traté, pero no puedo con esos deportes. Yo soy del Barcelona. Se extraña un Clásico del Astillero. Eso es fútbol de verdad”, bromeó.
EXTRA conversó también con un grupo de quiteños que residen desde hace varios años en Nueva Jersey. Los compatriotas portaban una enorme bandera de Liga de Quito con la que alentaron a la Tri antes del juego con Venezuela.
“Uno se va de Ecuador, pero Ecuador nunca se va de uno. Llevamos a Liga en el corazón y por eso mandamos a hacer la bandera”, contó Luis Santillán, un joven de 25 años que salió del país hace cinco junto a sus progenitores.
“Se extraña a los ‘panas’ del colegio, a los amigos y la gastronomía. Por eso los ecuatorianos que ponen negocios de comida en Estados Unidos son los que más se hacen la plata. Todos queremos comer como en casa”, reveló Santillán, quien aseguró haber encontrado un restaurante donde hacen el llapingacho casi igual al que sirven en los mercados ecuatorianos.
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