El final de la Copa América en Estados Unidos dejó una interrogante gigante en el tema de seguridad. ¿Qué pasará en el Mundial 2026, que se desarrollará en dicho país, además de Canadá y México? 

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Dos detalles agravan el problema. Primero, que ‘Gringolandia’ es un país con fuerte presencia de latinos, quienes tienen una forma diferente de vivir el fútbol, con una pasión que a veces rompe las reglas. Y la otra es la evidente falla en seguridad en el escenario deportivo.

En la final que Argentina ganó contra Colombia ocurrió algo inédito en Estados Unidos: hinchas con boletos en mano se quedaron fuera del estadio porque otras personas entraron sin ticket. El ingreso al Hard Rock Stadium fue un caos total, con fanáticos colándose sin tener entrada. Aunque la Policía retomó el control momentáneamente, los organizadores luego liberaron el ingreso de personas, que fueron arrastrando vallas a su paso.

Las imágenes mostraron la ausencia de seguridad en los ingresos y el paso libre de aficionados, con y sin entradas, hacia las tribunas. Decenas de seguidores de Argentina y Colombia expresaron enérgicas críticas a la Conmebol, organizadora de la Copa América, por la falta de previsión en la seguridad y la facilidad con la que los fanáticos ingresaron al recinto tras escalar rejas y derribar barricadas.

Nunca antes el partido oficial de una final había tenido un retraso de una hora y veintidós minutos. A esto se sumó el show de medio tiempo, que duró más de treinta minutos, extendiendo aún más la espera.

El minuto 35 del partido se convirtió en un instante que nadie olvidará, cuando Messi recibió un golpe inesperado y el estadio quedó en silencio, conteniendo la respiración mientras el astro gaucho se retorcía de dolor en el suelo. ¿El diagnóstico? Un esguince en el tobillo derecho, que dejó a todos en vilo.

El tobillo de Messi se convirtió en una imagen mundial. Hinchado, casi grotesco, parecía una pelota.

El mundo entero se quedó con la incógnita de saber cuál es el grado de su lesión. Ahora los estudios médicos revelarán el alcance real del daño. Las señales iniciales no son alentadoras y se prevé que la recuperación podría tomar de tres a cuatro semanas, antes de reintegrarse a su club, el Inter Miami.

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