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Andrés Ponce: ¡Un espía en Senegal!
Se quedó sin pasaporte y sufrió para poder entrar al país. Después, se puso la camiseta de esa selección y recibió el visto bueno de todos.
Andrés Ponce es un periodista de radio Caravana y Diblu, que un día decidió ir a Senegal, país que será rival de Ecuador en el Mundial de Catar 2022.
EXTRA habló con el comunicador sobre esta aventura africana.
¿Cómo se te ocurrió ir a Senegal?
Ya había viajado a Qatar por el sorteo en marzo, así que, con la ayuda de un auspiciante, me embarqué en la aventura de conocer una parte de África.
¿Cómo se dio el viaje? ¿Fuiste, te enviaron o qué mismo pasó?
Aunque todos me dijeron que estaba loco por irme solo (más cuando salió lo de la viruela del mono), quería mostrar cómo era la vida allá. Fue mi decisión, pero siempre apoyado también por Mario Canessa, el duro del Grupo Caravana.
¿Qué tal esa experiencia?
El senegalés promedio es una persona muy amable, llena de hospitalidad y buenas intenciones. Su expresión nacional es ‘teranga’, que significa hospitalidad.
¿Y qué pasó con el pasaporte?
No hay embajada de Senegal en Ecuador, así que contacté diversas delegaciones de ese país en Latinoamérica y París, pero las respuestas sobre mi visado eran escuetas. Me aseguraron que como ciudadano ecuatoriano no necesitaba visa, entonces fui confiado.
En Senegal hice el paso por Migración, y sí necesitaba visa. Me salió lo guayaco y les dije que la Federación senegalesa me había invitado; enseguida le escribí al jefe de prensa, quien me ayudó con un documento confirmando eso. Llegué a la 12:30 y pasé más de 12 horas en Migración sentado, acompañado de un policía. Salí casi a las 02:00, pero ellos se quedaron con mi pasaporte y solo me dieron una hoja con unos sellos y una copia de la página de mis datos.
Estuviste en los entrenamientos, en realidad fuiste un ‘espía’.
Senegal entrenó un solo día con acceso a la prensa. Me sorprendió el estadio nacional, es una maravilla, ni en Ecuador tenemos uno así. Y terminé siendo un espía, pero más que de cómo juega su selección, un espía de su forma de vida, costumbres, lugares de interés, historia.
¿Y no desconfiaron?
Miren que tan poco recelo me tuvieron los de la Federación senegalesa, que por ellos pude entrar al país; además, para poder llegar a Sadio Mané, el jefe de seguridad, me dijo: “Tranquilo, a Sadio le va a gustar que alguien haya venido de otro país a verlo”.
De lo que viste, ¿qué le puedes aportar a Gustavo Alfaro?
Lo vimos recién en la Copa de África, es el actual campeón. Un equipo físicamente fuerte, con un jugador top como Sadio Mané; el arquero del Chelsea, Edouard Mendy; el back central del Napoli, Kalidou Koulibaly; su capitán Kouyaté, entre otros. No creo que Alfaro me necesite para saber de la valía de esa plantilla.
¿Y la comida?
El espíritu teranga está en su sangre, ser gentiles y amables. Incluso los policías de Migración, al verme tantas horas sentado allí, me invitaron a comer. La comida era cuscús con una preparación de carne en una especie de estofado, que no pude comer más allá de una cucharada, les di las gracias y tuve que ir al baño a enjuagarme la boca.
Eres el primer ecuatoriano en vestir la camiseta de Senegal.
Fui al mercado de Dakar en mi primer día, tuve miedo, pero me arriesgué, noté que era el único no africano, mi presencia era notoria. Así que se me ocurrió comprar la camiseta de Senegal, para generar algún tipo de empatía y vaya que lo logré, me hacían señas, me decían: ‘¡Senegal!’. Yo les respondía: ‘¡Teranga!’.
La camiseta la hice firmar por Sadio Mané y será sorteada en la radio.
¿Y la experiencia con Sadio Mané?
Llegar a él no fue nada fácil, un par de días antes había perdido la final de la Champions. Pero lo trabajé. Lo felicité por su trabajo en su pueblo natal, Bambali, donde ha construido centros médicos y dona fuertes sumas de dinero.
Allá eras demasiado visible, ¿qué pasó con las fans?
Hay chicas senegalesas lindísimas, un par de veces quedé flechado. La última en el aeropuerto, atendía un local de ropa, estuve tentado a preguntarle su cuenta de Instagram. Las meseras del restaurante del hotel también me preguntaban mucho sobre Ecuador y cuando les mostré mi foto con Mané se volvieron locas, pero nada más.
Se quedó sin pasaporte y sufrió para poder entrar al país. Después, se puso la camiseta de esa selección y recibió el visto bueno de todos.