Un terremoto motivó el juramento con la iglesia católica el cual se mantiene por los siglos en la ciudad de Loja, provincia del mismo nombre.

Desde el domingo 10 de enero, día de la fiesta del Bautismo de Jesús, con eucaristías iniciaron la novena en honor a san Sebastián, el patrono jurado de la sureña ciudad, en el templo dedicado al santo.

Entre los oficios religiosos y ante la situación sanitaria que enfrenta el país y el mundo se emiten pedidos a san Sebastián para que interceda ante Dios y derrame bendiciones a la parroquia, a la ciudad y a cada uno de los hogares de los creyentes.

Ante la imagen del mártir, al que se muestra con unas saetas que atraviesan su cuerpo y encadenado a un árbol, se recuerda que en 1660 las autoridades de Loja se comprometieron ante la iglesia a realizar cada año la festividad a san Sebastián.

En la novela La Advocación de Nuestra Señora del Cisne, escrita por Javier Riofrío, se resume que este pacto se originó porque hace 361, en enero, un terremoto afectó a esta población y el pueblo tuvo que trasladarse hasta el sector del Valle.

Transmisión por redes

Luis Cosíos, presidente de la Fundación Cívica de San Sebastián, resaltó que todos los años 24 priostes organizan la fiesta, pero en esta ocasión tuvieron que cambiar tres veces la agenda de actividades a realizarse debido a la pandemia.

Por el inicio de la novena en el templo se ha reducido el aforo y por el distanciamiento solo acogen a 150 personas.

Algunas ceremonias religiosas son transmitidas por los medios virtuales de comunicación de la Municipalidad y la feria de dulces que se hacía alrededor de la iglesia, en esta ocasión será por internet y participarán cinco emprendedores. Este evento será el 20 de enero, al final de la celebración.

Así, sin aglomeraciones, se recuerda el pacto para el santo que según el párroco Carlos Ortiz es “milagroso”, pero al que se le deben cumplir las promesas, porque él también es “resentido”. (FIR)