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Buena Vida
¿Por qué el tabú de amamantar en público?
Para ciertos expertos, el machismo ha ‘estigmatizado’ a la lactancia.
A Pierina Briones no le importa ni el día, ni la hora, ni el lugar. Si su bebé tiene hambre, se desabrocha o levanta la blusa y le da el pecho. Hay otras madres, como Jamilex Sandoval, que prefieren colocar una toalla en el pecho o hacerlo en un lugar más privado.
Para Stefanía Pow, quien imparte talleres sobre lactancia, esta actividad varía de mamá en mamá: hay unas que son tímidas y otras, que no tienen reparo de mostrar sus senos. Para las primeras, la Dirección de Acción Social y Educación (DASE) inauguró el 1 de agosto de 2019 en la Terminal Terrestre de Guayaquil, la primera Cabina de lactancia. En el espacio hay dos sillones y está destinado para las mujeres que deseen de un sitio más cómodo y privado para amamantar.
Sin embargo, para la activista Jéssica Agila, de la fundación Mujer y Mujer, la implementación de este tipo de espacios podría generar segregación si no se acompaña de una campaña de concienciación sobre la discriminación que padecen algunas madres por amamantar en público. “Tener esta opción va por la línea de una acción afirmativa. Pero si es solo la instalación del cuarto, ahí sí estamos hablando de una medida de segregación. Debe ir acompañado de una campaña de comunicación para evitar la discriminación”, dijo.
¿Pero por qué un acto natural se considera un tabú en nuestra sociedad? Christian Arias, presidente de la Asociación de Bienestar Infantil del Ecuador, explica que esto se da por dos aspectos: una cultura machista que ha predominado por años y un estilo de vida incoherente. “Nos escandalizamos porque una mujer da el seno en la calle, pero no nos escandalizamos porque un hombre se saca el pene para orinar en una esquina”, comentó.
Para el también psicólogo clínico, el crear una cabina de lactancia debe estar más orientado a impartir talleres a la comunidad, crear una campaña a favor de la lactancia. En términos de crianza respetuosa y disciplina positiva, explicó que lo más recomendable es que el bebé se alimente cuando lo necesite, o como investigaciones pediátricas conocen como ‘alimentación a demanda’.
“No siempre hay un lugar donde la mujer vaya a ‘esconderse’. Si (la cabina) no va acompañada de campañas, es poner a la lactancia en el mismo nivel de un baño público. Me parece que refuerza más esta idea machista e incoherente de que la mujer tenga que taparse o tenga que esconderse”, recalcó el especialista.
A propósito de la Semana de la lactancia, que se celebra del 1 al 7 de agosto, añadió que hace falta crear una cultura a favor de la lactancia materna y que hay que entender que es una relación entre la mamá y el bebé, “que está atravesado por el amor, por la ternura y que hay que priorizar el vínculo madre-niños y que ella pueda cargar libremente a su bebé y darle de comer donde quiera sin que tenga que esconderse como si estuviera haciendo algo denigrante”.
Paola Jaramillo, coordinadora del proyecto que impulsa la DASE, aclaró que la lactancia es un proceso natural que puede realizarse en cualquier sitio de la terminal, pero la cabina es para quienes prefieran la privacidad. Además, está diseñada para quienes necesiten extraer su leche y almacenarla. La cabina tiene 2 sofás, un basurero pequeño, un dispensador de gel, otro de pañitos, un parlante, aire acondicionado, un televisor que transmitirá consejos de lactancia y embarazo, un refrigerador para leche y un letrero.