Andrea Maldonado quiso comprar un iPhone 12 Pro y para ello ingresó a las diversas cuentas de tiendas virtuales en Instagram que se dedican a dicho negocio. Encontró una en Manabí que ofrecía un celular de las mismas características, en 120 dólares menos que otros locales.

Al contactarse con el número de WhatsApp que estaba en la página le dijeron que debía dar un anticipo de 200 dólares y que en tres horas y media lo tenía en la puerta de su casa, en Guayaquil. El valor restante, 250, lo cancelaba a contraentrega. Sin embargo, había algo que no terminaba de convencerla y era el hecho de que no había dirección, la opción de los comentarios en los posts estaban bloqueados y los videos y recomendaciones eran del año 2021.

Al ser cuestionada la persona que contestaba los mensajes de WhatsApp dijo que la tienda era virtual, por eso no tenían dirección y que los comentarios estaban bloqueados porque entraban tantos que la cuenta colapsaba, pero que habían muchas recomendaciones. Lo cual era mentira.

Este tipo de estafas se dan casi a diario, gracias a la creación de tiendas virtuales que se abren luego de que timadores compran cuentas de Instagram. Esto, pese a que la plataforma en sus condiciones que el usuario acepta al abrir su perfil dice: “No intentes comprar, vender o transferir ninguna parte de tu cuenta (incluido el nombre de usuario)”. Según el experto en tecnología Don Volsas, en el mercado negro es fácil adquirir una cuenta de Instagram, por ejemplo, una con 40 mil seguidores puede costar mil dólares.

Y es que mientras a los influencers les cuesta ir de a poco sumando seguidores y marcas, también están otros que suelen adquirirlas para posicionarse más rápido. “Pero también están aquellas usadas para estafar masivamente y la fórmula es comprar una cuenta con muchos seguidores, montar un negocio virtual, porque saben que mientras más ‘followers’ tenga, más confiable es la página”, comenta.

Según explica el portal estadounidense ‘Vox’, las cuentas con las que se comercia, o sea, las más fácilmente vendibles, son aquellas que se consideran de nicho. Es decir, no son como la de cualquier usuario que comparte fotos personales o caseras, sino que se adscriben a un contenido genérico, impersonal, a veces temático, en ocasiones con imágenes ajenas.

El experto explica que los tipos de negocios que suelen abrir los estafadores son tiendas tecnológicas, productos importados, alimentos y servicios. Prometen artículos con precios que la gente está dispuesta a perder, “porque les dará pereza reclamar, 10, 20 o 50 dólares y, además, saben que las autoridades no podrán hacer nada, porque consideran que el monto es insignificante”.

El estafador sabe que hay muchas personas que no se toman la molestia de investigar si el negocio realmente existe y se dejan llevar por fotos, likes, seguidores, videos y comentarios. Hay ocasiones en que ponen una dirección física, puede ser cualquiera, pero de difícil acceso o que tengan muchos negocios aglomerados (centros comerciales o la bahía), para que nunca los encuentren, porque lo único real es que el negocio no existe.

”Sugiero que si ves un iPhone 14 a un valor irrisorio analices bien la cuenta, ya que no vas a encontrar denuncias, peor comentarios negativos, porque el dueño de la cuenta tiene la potestad de borrar y bloquear. Es mejor adquirirlo en un lugar de confianza y ver el aparato”, recomienda.