El martes 30 de julio del 2024, Javier Andrés Quimí, cabo segundo de Policía, culminó un curso de preparación y estaba a la espera de viajar de Guayaquil a las islas Galápagos, donde desde el 5 de agosto debía prestar servicio.

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Para poder cumplir sus funciones en las Islas Encantadas, el gendarme fue instruido, entre otros aspectos, en atención ciudadana. También rindió pruebas físicas y ya estaba listo para irse. Sin embargo, no pudo viajar, pues ese mismo martes por la noche fue asesinado.

El crimen de Quimí ocurrió en la cooperativa Mariuxi Febres Cordero, en el Guasmo, en el sur de Guayaquil. Lo balearon afuera de la vivienda de su madre, en el exterior de una tienda esquinera.

El hecho violento, de acuerdo con datos policiales recabada hasta ahora, habría sido por una venganza. “Puede ser una retaliación por parte de organizaciones delictivas, en vista de que él había tenido procedimientos bastante acertados en contra de la delincuencia”, indicó el teniente coronel Freddy Ávalos, jefe policial del distrito Sur, uno de los uniformados que acudieron al sitio donde ocurrió el asesinato.

Quimí fue amenazado en enero, luego de participar en un procedimiento en el cual se detuvo a varias personas. Esa acción se ejecutó en Durán, cantón donde también laboró. A partir de aquella advertencia, el uniformado fue reasignado al distrito Ceibos, en Guayaquil. Posteriormente, por su situación de riesgo, lo iban a enviar a Galápagos.

Este miércoles 31 de julio, un día después de la muerte de Quimí, el coronel Pablo Dávila, jefe policial de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), informó qué estructura criminal sería la responsable del ataque armado contra la víctima: Chone Killers, agrupación con presencia en Durán, donde fue amenazado el gendarme.

Dávila también indicó que dos sospechosos del crimen fueron detenidos horas después del suceso. Estas capturas se concretaron, en un primer paso, con la identificación de un taxi amarillo, uno de los carros usados en el asesinato.

“Fue localizado en el distrito Durán. El segundo vehículo fue ubicado por una colaboración voluntaria de un ciudadano, quien nos condujo a otro domicilio en el distrito 9 de Octubre (en Guayaquil)”, detalló.

En ese predio se encontraba un adolescente, quien sería el autor material del crimen, añadió Dávila. El menor de edad tenía en su poder un arma de fuego, específicamente una pistola de calibre nueve milímetros.

Este miércoles por la mañana, Quimí fue velado por sus familiares y personas allegadas. La actividad fúnebre se desarrolló en la misma zona donde ocurrió la muerte violenta, pero hubo resguardo policial en el sitio, para evitar inconvenientes.

Junto al féretro se encontraban dos agentes, mientras otro grupo de uniformados permanecían en los exteriores del inmueble en el que despedían a Quimí.

La Policía Nacional, en la Zona 8, registra nueve servidores policiales asesinados en 2024. “Ocho víctimas han sido agentes en servicio activo y una en servicio pasivo”, dijo Dávila.

Adicionalmente, detalló que han sido detenidas ocho personas implicadas en estos hechos violentos. Contra cinco se dictaminó prisión preventiva, dos tienen audiencias pendientes y a un sujeto le dictaminaron medidas sustitutivas a la prisión.

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