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¡Robo, puñaladas y dolor en Guayaquil!
Supuestos pasajeros asaltaron a un taxista y luego lo abandonaron. Los implicados apuñalaron al conductor, quien luego de unas horas falleció
Francisco Sánchez Pincay hizo la última carrera de su vida el sábado por la tarde. El hombre, desde hace unos dos años, era taxista informal y ese día salió a ‘camellar’ como de costumbre, pero su vida terminó en un hospital.
Ese domingo, 28 de marzo de 2021, por la mañana, sus familiares fueron a retirar su cuerpo del laboratorio de Criminalística, en el suroeste de Guayaquil. Antuan, uno de sus hermanos, se animó a contar el violento final de Sánchez.
El pariente indicó que dos pasajeros que había cogido su ñaño le quisieron robar las pertenencias mientras él los transportaba hacia su destino. Francisco, ante esa situación, ‘frenteó’ a los pillos, pero su valiente reacción acabó mal.
“Ellos lo apuñalaron. Tenía lastimados los riñones y el páncreas”, refirió el allegado. El hecho fue alrededor de las 14:00.
Posteriormente, los sujetos huyeron en el vehículo del perjudicado, mientras que a él lo dejaron abandonado en unos matorrales, en el kilómetro 24 de la vía a Daule, al norte del Puerto Principal.
A pesar de sus heridas, el taxista pudo pedir auxilio a una moradora de aquel sector, quien solidariamente lo ayudó a llamar a su esposa.
La lugareña le comunicó lo ocurrido a la señora, pero ella al principio pensó que se trataba de una broma o alguna estafa. Entonces, Francisco tuvo que hablar brevemente con su amor para ponerla al tanto de la situación.
Luego, el ciudadano fue llevado al hospital de Monte Sinaí, donde recibió atención médica. Después lo trasladaron al hospital Abel Gilbert, en el suburbio de la ciudad, donde finalmente falleció por la gravedad de sus heridas.
Tenía 55 años y era el séptimo de 11 hermanos. Hace 24 meses se quedó sin empleo y por eso decidió ‘taxear’.
El viernes, antes del hecho, Antuan invitó a viajar a Francisco a la provincia de Manabí, donde la familia tiene parientes. La propuesta era partir de Guayaquil el día en que justamente el hombre perdió la vida.
“Le dije: vámonos a ‘tierra santa’, como siempre nombrábamos a Manabí. Pero él me dijo que tenía que hacer unas cosas y que mejor nos fuéramos el domingo. A lo mejor si nos hubiéramos ido no pasaba nada”, lamentó ayer Antuan, mientras esperaba junto a otros familiares a que les autorizaran retirar los restos de Francisco.
En horas de la tarde, el cuerpo ya estaba siendo velado por los allegados y amigos.