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Los clientes son atendidos de pie, porque así dice tener mejor perspectiva de los cortes.Karina Defas

El secreto de Gisella: peluquera que hace crecer el cabello de forma mágica en Quito

Los clientes aseguran que después de que ella les corta el cabello, crece como el de Rapunzel. La gente hasta se pelea por un turno

Una fila de unas 50 personas aguarda por Gisella Males en las calles Briceño y 10 de Agosto, en el centro de Quito. No importa si llueve o si el sol de la Mitad del Mundo quema sin piedad. Esta estilista de 30 años no para, salvo para ir al baño o comer algo, pero procura hacerlo en pocos minutos para que los clientes no esperen tanto.

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Vestida con el traje típico de Otavalo, provincia de Imbabura, Gisella le cuenta a EXTRA que cuando no se toma descansos, llega a cortar el cabello a unas 100 personas en un solo día. “Dicen que confían en mí, que incluso en los videos les proyecto confianza”. A pesar de que no alcanza, las filas han llegado a las 500 personas, por lo que la mayoría se queda sin corte. Viaja de Otavalo a Quito cada 8 o 15 días y ahí es cuando todos quieren aprovechar.

La buena mano

Popularmente se cree que la forma y la energía con que una persona corta el cabello influye en su crecimiento. Es por eso que hombres y mujeres pugnan para que ella sea quien les ‘meta tijera’, ya que hay testimonios de que cuando Gisella corta el cabello, este crece rápido y bonito.

En el negocio familiar se puede ver cómo se acumula el cabello de los clientes a los pies de Gisella. Como si fuera un ritual, las personas se despojan de sus melenas para dar paso al nuevo crecimiento. “Yo creo que el cabello es energía, allí se guardan recuerdos y vivencias. Algunos intentan sacar lo malo con el corte”, dice la peluquera.

En este local no hay sillas, se atiende de pie. “Es más fácil para mí y tengo mejor perspectiva de los cortes que me piden”, afirma. No hay tiempo para lavados ni cepillados. Lo que interesa es que el cabello vuelva a crecer. Aunque, según Gisella, esto se complementa con los productos cosméticos que la familia ha desarrollado.

Los fines de semana hay hasta 500 personas esperando por un turno.Karina Defas

El negocio familiar

“Tenemos fórmulas que usaban nuestras abuelas con plantas que también sembramos en Otavalo. Todo tiene un proceso de generaciones”, indica mientras le hace un corte a una joven. Su hermana mayor, Maya, es la encargada de las fórmulas y de crear productos como champú y tratamientos naturales. Otros hermanos, primos y cuñados atienden los locales en Quito y Otavalo. ¡No paran!

Gisella lleva unos seis años como estilista, luego de varios cursos de peluquería y cosmética, pero la habilidad la tenía desde que era una adolescente. “Empecé a cortarles el pelo a mi tía, mis primas, y la familia empezó a correr la voz de que tenía buena mano”.

También los productos naturales son apetecidos.Karina Defas

Igual pasó con sus clientes fuera de la familia, y el rumor del don de Gisella se regó hasta la capital. Érika Ruiz esperó unas tres horas para su turno. Quiere renovar su look con un corte, pero sobre todo llegó con la fe de que el cabello le vuelva a crecer. “Lo tengo maltratado y pasmado. Espero que valga la pena el esfuerzo”, expresa mientras espera su turno.

Experto capilar. "Depende del cuidado y la alimentación"

Jorge Poveda, estilista y experto capilar, explica que creencias como la “de la buena mano” son subjetivas. “Es lo que cada persona elige creer”, sostiene. Sí reconoce que el crecimiento del cabello depende de una buena alimentación y de los cuidados que se le den. “Un buen champú, productos adecuados, tomar agua. Eso sí influye en la salud capilar”, asevera.

Admite que las creencias de cada persona sí pueden influir. “Si crees que si te cortas en luna llena te crecerá más, así va a ser. Está en ti”.

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