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Los restos de la víctima fueron velados en la casa de sus familiares, en el sur de Quito.Karina Defas

El factor clave que influyó para que asesinaran a golpes a un hombre en Quito

La esposa de la víctima también fue agredida durante la bronca. Experto señala que los implicados deberían someterse a rehabilitación neuropsicológica

Mauricio Verdugo, o Culingo como le decían de cariño, fue enterrado en el cementerio de La Magdalena, en el sur de Quito. Su esposa tenía los ojos hinchados de tanto llorar por su partida, aunque también estaba lastimada por los golpes que había recibido el día de la tragedia.

La madrugada del sábado 13 de julio, la pareja y otro familiar compartían unos tragos cerca de su casa, en la calle Arenillas.

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De pronto, tres sujetos se acercaron y, según el testimonio de la señora, les amenazaron y se formó una pelea. Culingo, recibió la peor parte. Le cayeron a palazos y murió horas después.

Los agresores fueron detenidos más tarde y en sus declaraciones durante la audiencia de flagrancia indicaron que salieron a comprar más licor y se encontraron con Culingo quien, junto a sus parientes, había iniciado la bronca, según ellos.

Los sospechosos del crimen son investigados por homicidio. Según la Función Judicial, uno de ellos registra dos antecedentes penales por tráfico de estupefacientes.

¿Qué pasará con los implicados?

Óscar Verdugo contó que su hermano no era relajoso cuando se tomaba unos tragos. De hecho, aseguró que cuando había peleas, Culingo ni siquiera participaba. “Se alejaba o hasta se dejaba pegar”.

El psicólogo forense Franklin Tinajero indicó que el alcohol siempre ha estado vinculado a situaciones delictivas o donde se vulneran derechos. “Lo que generalmente provoca en la conducta del ser humano son problemas de impulsividad y de (pérdida de) autocontrol”.

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La esposa de Mauricio Verdugo todavía tenía marcas en su rostro de los golpes que le dieron.Karina Defas

El experto explicó que el licor afecta la zona frontal cerebral, que entre sus funciones ejecutivas regula las emociones. Esto permite que la gente pueda planificar.

Para Tinajero, en el caso del crimen, al estar bajo los efectos del alcohol, los agresores no pudieron controlar los impulsos y terminaron matando a la víctima. Añadió que en este caso habrá que ver los resultados de las pruebas toxicológicas, para determinar el nivel de consciencia que perdieron.

La víctima trabajó 18 años en una empresa que fabrica productos para baño. Tenía dos equipos de fútbol en dos ligas barriales.

Además, el psicólogo forense señaló que si los sospechosos tienen un nivel crónico de consumo de ‘guaro’, no tendrán ningún sentimiento de culpa y “necesitarían una rehabilitación neuropsicológica”.

Por otro lado, indicó que la pareja de la víctima sí podría tener emociones de arrepentimiento por haber estado bajo los efectos del alcohol cuando sucedió la tragedia.

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