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Purita Pelayo, activista trans, fue atacada a palazos en un local del centro de Quito
EXTRA habló con la víctima y con el implicado en este hecho, luego de que Inredh hiciera público el caso. Rechazó las agresiones suscitadas.
La Fundación Regional de Asesoría de Derechos Humanos (Inredh) publicó este 17 de marzo de 2022, en Twitter, la denuncia de la agresión que sufrió la activista transgénero Purita Pelayo, de 65 años, conocida por representar a la organización Nueva Coccinelle y porque escribió el libro ‘Los fantasmas se cabrearon’, que recoge las crónicas de la despenalización de la homosexualidad en Ecuador.
EXTRA la contactó para conocer detalles de lo ocurrido. Pelayo, quien ha luchado por los derechos LGBTIQ+, relató que el 24 de febrero de 2022, el dueño de una panadería, Enrique Luzón, la golpeó con un palo. Dijo que aún se le notan los hematomas.
Ella y sus compañeras trans ya eran clientas de este local (situado en el centro de la capital) y, pese a ello, “recibían malos modos del señor”. El día de los hechos, la activista contó que aquel hombre le gritó: “Sal de aquí (y enseguida palabras soeces)”. Ella respondió: “Por qué habla así de mi madre, si ella está muerta”. Entonces, el sujeto salió detrás del mostrador y “se abalanzó contra mí, me empujó hasta la puerta y me caí de espaldas”.
Purita Pelayo, activista histórica por los derechos LGBTIQ+ y autora de la obra “Los fantasmas se cabrearon”, denunció que fue víctima de un ataque transfóbico por parte de un grupo de personas
— INREDH (@inredh1) March 16, 2022
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No quedó ahí. Según Pelayo, el hombre sacó un palo, que parecía la pata de una mesa, y la golpeó varias veces. Ella lo neutralizó echándole gas pimienta, que también le había llegado a un niño que acompañaba a Luzón, su hijo. Eso habría enardecido a los vecinos, quienes también le propinaron patadas y puñetes. "Creo que pensaron que yo los estaba asaltando porque no paraban", contó la activista.
Luego de varios minutos, un hombre intervino para que terminaran las agresiones. Ella fue llevada al Centro de Arte Contemporáneo, ubicado a un par de cuadras y donde funciona la oficina de su organización. "En ese momento yo solo quería descansar. Sí me revisó un médico y debo retirar los certificados", agregó.
Pelayo agregó que el lunes 14 de marzo de 2022 colocó una denuncia y concluyó que la agresión se dio por discriminación a su identidad sexo genérica.
EXTRA buscó al implicado en este hecho. Y habló con este Diario. Enrique Luzón contó que ese mismo día impuso otra querella contra Pelayo. Aceptó haber agredido a la activista, pero dijo que fue más la turba la que se habría puesto violenta con ella. Además, justificó su accionar porque supuestamente "(Purita) era grosera cada vez que se acercaba al negocio". "Ni siquiera saludaba. Tenía algo en contra de mi mujer", aseguró.
Dijo no recordar muy bien qué pasó con los vecinos por el gas que le había echado en sus ojos. "Yo me quedé ciego ese rato", acotó. Añadió también que en un principio solo le había pedido que saliera de local y que luego los ánimos se caldearon.
En un comunicado, Inredh rechazó "enérgicamente la violencia de la cual fue víctima Purita y exigimos al Estado que investigue y lleve a los responsables a la justicia; así como que acelere los procesos de judicialización y reparación integral para las pocas sobrevivientes, víctimas de lesa humanidad".