El pasado 8 de mayo, dos pantallas circulares gigantes conocidas como The Portal (El Portal) se instalaron en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, y en Dublín, Irlanda, con el objetivo de conectar a las personas de ambos lugares en tiempo real. Lamentablemente, algunos buscaron sacarle 'el jugo' de mala forma a este innovador proyecto.

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Separadas por más de 3.000 millas y el océano Atlántico, The Portal permite mantener una conexión de video en vivo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Esta tecnología abre un mundo de posibilidades para la interacción social y cultural.

Pero así como une, también separa. A los pocos días de su instalación, en redes sociales se han reportado casos de personas que han utilizado este portal para mostrar imágenes del atentado terrorista del 11 de septiembre, así como para consumir drogas frente a la cámara.

No obstante, no todos son igual de patanes. Miles de personas han utilizado este aparato para saludarse, compartir momentos alegres, mostrar sus talentos como bailes y crear conexiones sociales.

Un ejemplo conmovedor fue capturado por la cadena ABC, donde se observa a dos hermanas azafatas, ubicadas cada una en un portal, saludándose mientras forman corazones con sus manos.

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