Crecen los contagios de COVID-19 en algunas localidades del país y el uso permanente de la mascarilla vuelve a nuestras vidas. Pero la utilización prolongada del tapabocas genera mareos, dolores de cabeza y hasta sinusitis.

Esto se debe a que el cubrebocas impide el flujo de aire nuevo, por lo que inhalamos una y otra vez nuestro dióxido de carbono (gas de desecho producido por el cuerpo).

“La compresión que produce la mascarilla es causante de las cefaleas. Algunas personas las usan con los elásticos muy ajustados o colocan adaptadores que también genera una presión en la parte de atrás de la cabeza. El dolor será más fuerte cuando la compresión es todo el tiempo”, explica Guillermo Flores, especialista en medicina familiar.

Quitársela en un espacio seguro

Por eso, aunque es importante usar la mascarilla, el especialista recuerda que es necesario hacer pausas, siempre tomando en cuenta la forma adecuada de quitársela. “Hay que hacerlo en un espacio seguro en el que no existan otras personas”, añade.

Otra situación que también es desencadenada por la presión que ejerce la mascarilla o por la inhalación permanente del dióxido de carbono, son los episodios de sinusitis, que es la inflamación de las cavidades alrededor de los conductos nasales.

“La mascarilla hace que la respiración sea oral, es decir por la boca. Esto es un potencial riesgo para las infecciones respiratorias, ya que la nariz calienta el aire y filtra las bacterias, que al encontrar un ambiente húmedo para reproducirse, generan enfermedades como resfriados, rinitis, sinusitis y otitis”, advierte el médico.

Respecto al uso de tensores que se adaptan a los elásticos y que también están aumentando las cefaleas por presión, Flores recomienda una utilización alternada. Es decir: si una persona trabaja ocho horas diarias, que cuatro sean con los tiras en las orejas y las otras cuatro en el adaptador.

Disminuir la inflamación

Las bebidas calientes son una buena alternativa para mitigar las molestias que produce la sinusitis, dice la especialista en nutrición, Carla Galarza. “Esto mejora el drenaje y disminuye la inflamación de los senos paranasales”, manifiesta.

La vitamina C, el magnesio y la vitamina B5, presentes en el limón, mandarina, uvilla y alimentos como quinua, espinaca, tofu y almendras, funcionan como antiinflamatorios, antihistamínicos y autoinmunes. Un vaso de agua tibia con limón antes del desayuno, recomienda Galarza. 

Síntomas

La inflamación en las mucosas nasales ocasiona dolor en los ojos, en la zona maxilofacial, cefalea, dolor de garganta, secreción y congestión nasal, tos, halitosis (mal aliento) y fatiga.

Remedios

Hacer una limpieza de la nariz con agua tibia y sal, durante 2 semanas reducirá las secreciones. Otra alternativa es hervir un litro de agua con 5 gotas de eucalipto y una cucharada de sal, e inhalar el vapor durante 10 minutos.