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Padre de niños asesinados en Ambato: "Reté a la COVID a que me mate"
Dice que no aguantaba con la pena, que incluso pedía que la enfermedad lo llevara. Hoy solo quiere justicia.
Miguel Chagmana respira profundo y sus recuerdos regresan a ese 12 de diciembre de 2019. Esa noche, sus hijos de 14 y 10 años de edad fueron masacrados, en Ambato. Y su propio amigo, el rumano Adrian Secuiu, es el sospechoso.
Dos años después, el pasado jueves, el europeo fue extraditado a Ecuador desde Lima, Perú. Hay un juicio pendiente.
Miguel recuerda que Secuiu estaba casado con una ambateña y tiene dos hijos, y que lo había contratado para que hiciera unos arreglos en la casa.
Un día, cuando los papás se fueron de viaje por trabajo, él habría atacado a los niños, quienes estaban solos. “Cuando regresé vi la puerta abierta y me extrañó. Subí a la casa y vi a mis hijos con sangre, al examinarlos noté que estaban muertos”, solloza Miguel.
“Si lo llego a tener al frente (...) sí le preguntaría por qué lo hizo si también es padre. No mató solo a mis hijos, nos mató a todos de la familia. Estos años han sido muy duros, incluso cuando me enfermé del coronavirus, lo retaba a que me mate (...) Pero aquí estoy, ahora luchando por hacerle justicia a mis hijos”, expresa.
Miguel cuenta que para lograr sobrellevar el dolor tuvo que acudir a un grupo de oraciones y asistencia psicológica. Ha logrado soltar de a poco. Ha regalado todas las pertenencias de sus hijos, solo se quedó con un piano, ese mismo que su pequeño le tocó el día que se casaron Miguel y la mamá de las víctimas, seis meses antes del asesinato.
Miguel Chagmana ahora pide que los operadores de justicia de Ambato le den la máxima sentencia. “Aunque en realidad me hubiese gustado que aquí existiera la cadena perpetua”, señala.