El exteniente Germán Cáceres ha dormido dos días cerca de los criminales más pesados del país, en la prisión de máxima seguridad La Roca, en el norte de Guayaquil.

El procesado fue capturado en Palomino, en una zona costera del norte de Colombia y es el principal sospechoso de asesinar a su esposa, María Belén Bernal, el 11 de septiembre del 2022, en la Escuela de Policía, en Quito.

Juan Zapata, ministro del Interior, señaló que Cáceres es un blanco “de riesgo” y que este centro carcelario sería el único que puede brindar las condiciones de seguridad para que no le pasara nada.

Según el funcionario, Cáceres no podrá tener ningún enfrentamiento con otro privado de libertad porque son pocos (20), cada uno tiene su horario de salida y el exoficial está en una celda aislada.

Sin embargo, la abogada Alexandra Zumárraga, exdirectora nacional de Rehabilitación Social, tiene sus dudas. Ella cuestionó el por qué lo llevaron allá si en la Cárcel 4, en Quito, podría haber seguido su proceso judicial sin que corra ningún peligro.

Para ella esto es una cuestión de marketing político para que el Gobierno se vea como el salvador. Discrepó la manera en la que trasladaron al exoficial “como si fuera el líder de un cartel”.

Peligro de muerte

Zumárraga, quien fue parte del proceso de inauguración de La Roca, y planteó que, si bien esta cárcel tiene altas medidas de seguridad, no se podría evitar que lo asesinen si existe algún tipo de complicidad. Es decir, para Zumárraga no es de sorprenderse que alguien permita el ingreso de un arma de fuego.

Añadió que solo por el hecho de ser policía puede ser amenazado por los líderes de las organizaciones criminales que comparten la prisión con él, porque “son enemigos naturales y se odian”. Incluso, la abogada dijo que habrá gente que podría enviar a personas para que lo amedrenten y no diga lo que pasó la madrugada del 11 de septiembre.

Por esta razón, para Zumárraga es indispensable que Cáceres tenga custodia las 24 horas y, sobre todo, seguimiento por cámaras de seguridad. “Hasta puede suicidarse por la presión que tiene”.

Mientras el exoficial se acostumbraba al ‘calor’ de su ‘nuevo hogar’, Elizabeth Otavalo, madre de Bernal, junto a sus abogados, presentaron una acusación particular para también ser parte activa del proceso que se sigue en contra de Cáceres por femicidio.

‘Caretuco’

Turistas colombianos dijeron que Cáceres, mientras estuvo trabajando como bartender en el local de Palomino, se hacía pasar por un tal Jhon y decía que era mexicano.

Una universitaria que habría viajado al lugar el 15 de diciembre y que prefirió no identificarse contó que conversó con el exoficial por varias noches y que nunca se le cruzó por la mente que era el tercer más buscado del Ecuador por femicidio.

Ella se enteró cuando vio la publicación del presidente Guillermo Lasso, en la que adjuntó una foto del detenido que portaba una camiseta con la figura de una calavera, la misma que la mujer le había visto puesta al supuesto mexicano mientras la atendía en el bar.

“Esperemos que Luis Hermida sea el próximo en caer”

El 20 de diciembre de 2020 murió Lisbeth Tatiana Baquerizo Muñoz, una guayaquileña de 30 años, cuyo deceso provocó conmoción en el Ecuador, no solo porque se trató de un femicidio, sino porque su esposo, Luis Javier Hermida Muñoz, intentó ocultarlo haciendo pasar el hecho como accidental.

Incluso, para ocultar heridas graves en el cráneo, habría utilizado pegamento para unir las partes lesionadas.

Sin embargo, hasta que se descubrió que su muerte había sido cometida de forma violenta, Hermida Muñoz logró escapar y ahora consta en la lista de los criminales más buscados del país, pero eso no alivia el dolor de sus seres queridos.

Tras la detención de Cáceres, los parientes cuestionaron en Twitter que aún no se lo localizara, con la misma eficiencia, a Hermida. Incluso ayer, a las 13:15 aproximadamente, publicaron un vídeo en el que la mamá, Katty Muñoz, sostiene que son “dos años que su femicida sigue prófugo” y pedía al Gobierno la inmediata captura del individuo. En otra publicación reclama: “Esperemos que Luis Hermida sea el próximo en caer”.