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Eduardo Vicente Campoverde Molina fue baleado en la calle Guayaquil, centro de Naranjal.Miguel Laje

Por su maleta prefirió que le dieran siete balazos

Comerciante de celulares no se dejó robar y lo asesinaron frente a su esposa, en Naranjal 

Era poco antes de las nueve de la noche del martes 9 de noviembre y Eduardo Vicente Campoverde Molina había culminado con su jornada de labores.

Él tenía un establecimiento de venta de celulares en la calle Guayaquil, en el centro de Naranjal (Guayas), y se movilizaba en una moto. Esa era su rutina diaria.

Apenas había estacionado su vehículo en las afueras de su casa, en la ciudadela San Francisco, y se quedó junto a su esposa en el portal de la vivienda.

En ese momento, sujetos desconocidos llegaron para supuestamente arrebatarle la maleta que cargaba, pero la víctima, de 31 años, se opuso y fue ahí cuando le dispararon.

Gordo Lalo, como le decían al fallecido, habría recibido, al menos, siete balazos en su tórax y cabeza. Todo esto frente a su esposa, quien hasta la mañana de miércoles 10 se resistía a dar detalles de lo ocurrido.

La policía llegó a los pocos minutos para acordonar la escena. El levantamiento de indicios y de información duró cerca de dos horas, hasta que se llevaron el cadáver.

El fiscal César Peña informó que esta muerte responde a un hecho de delincuencia común y descarta que se trate de un atentado bajo modalidad sicariato. (ML)