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Un bus de la cooperativa Loja se usó para llevar féretros.HENRY LAPO

Sucúa: familiares recogen los cuerpos de los accidentados

Bus de la cooperativa Loja se accidentó en la zona rural del cantón Sucúa. Un total de 18 fallecidos y 25 heridos dejó la tragedia.

Los parientes de los fallecidos en el volcamiento de un bus en el cantón Sucúa, en Morona Santiago, compartieron un mismo dolor en las afueras de la morgue de esa localidad amazónica. El domingo, la gente fue hasta el anfiteatro para reconocer a las 18 víctimas mortales que dejó el hecho, registrado a las 19:44 del sábado cuando una unidad de la cooperativa Loja se dirigía desde Macas (también en Morona) hacia la capital lojana.

Pero hasta el mediodía de este domingo, solamente 16 cadáveres pudieron ser identificados. Soportando el calor de más de 30 grados, los dolientes aguardaban en silencio, mientras miraban cómo los féretros eran acomodados en el piso para colocar a los muertitos.

Una de ellas era Cornelia Chumpi, quien se cubría del solazo con una hoja de papel. La mujer llegó desde Gualaquiza para retirar el cuerpo de su tío Rodrigo Juep, de 45 años.

“Él salió el viernes hasta Shell, en Pastaza, para visitar a su hijo que está en el cuartel”. Luego de compartir con su vástago, Juep tomó el bus que lo llevaría a su hogar, el pasado 11 de diciembre.

Sin embargo, en la Y de Huambi, en las afueras de Sucúa, el automotor llegó hasta una curva, perdió pista y se volcó a un costado de la vía, según la información que entregó el Sistema ECU-911.

La gente que llegó lloraba por las víctimas mortales del accidente.HENRY LAPO

Chumpi se enteró del siniestro a través de las redes sociales. “Decían que fallecieron tres personas. Al pasar las horas, el número iba en aumento”, recordó.

Unas escuetas listas de los afectados empezaron a circular. Pero Juep no aparecía en ninguna. De todos modos, sus parientes decidieron ir a Sucúa. “Las personas que lo rescataron vieron que tenía su celular en la cintura y ahí estaba escrito su apellido”.

La sobrina ingresó a la morgue y vio a su ser querido completamente destrozado. Pese a todo, logró identificarlo.

“Era una muy buena persona. Incluso estábamos coordinando hacer la entrega de regalos a los niños de nuestra comunidad en esta Navidad”, lamentó Chumpi.

Iban dos choferes

La pariente de Juep lo sacó en un ataúd café y lo llevó hasta el Coliseo de la Federación de Sucúa para velarlo y luego llevarlo a Gualaquiza. Entretanto, otro féretro del mismo color era embarcado en una camioneta.

Allí iban los restos de Jimmy Quezada, de 23 años, quien era el controlador del bus accidentado. Su primo José Silva detalló que la víctima era oriundo de Loja y padre de una recién nacida.

“Lo vamos a llevar a su tierra para sepultarlo”, confirmó, acomodando la caja fúnebre. Silva explicó que por el momento no se sabía cómo se había accidentado la unidad, pero sería algo que se investigaría.

Patricio Ñauñai, de la Unidad de Investigación de Accidentes de Tránsito de la provincia, dijo que el hecho fue catalogado como un volcamiento lateral. Solo que no se sabe si fue causado por exceso de velocidad, algo que se indagará.

“Como parte de las pericias, se recogerán las imágenes de cámaras de seguridad del sector”, acotó. Ñauñai indicó que en la unidad se había registrado el nombre de dos choferes para que manejaran durante el trayecto.

Sin embargo, cuando hicieron las entrevistas, ambos conductores no estaban en la lista de fallecidos o de heridos. Se presume que se fugaron, puntualizó el uniformado.

Poco a poco la gente se iba de la morgue de Sucúa. Sea en camionetas, camiones o en bus, el lugar se vaciaba conforme avanzaba la mañana.

El hecho se registró en Huambi, Sucúa.Cortesía

Entre los que se marchaban estaban Ramiro Núñez, teniente político de la parroquia Huambi, donde ocurrió el volcamiento. “Estamos muy consternados ante este hecho que fue de gran magnitud”, afirmaba mientras contenía su llanto.

Núñez acompañaba a los parientes de Vinicio Angamarca, de 21 años, quien era un reconocido deportista. Su triste final lo halló en Huambi, hacia donde se dirigía desde Macas. “No hay palabras para describir el dolor. Lo llevamos a una comunidad de Cusuimi”, finalizó el funcionario en medio del dolor que enlutó a Sucúa.