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La tijera con la que presuntamente atacaron a Kevin Patiño López.Miguel Laje

Le dieron un 'tijerazo’ en el corazón

Durante una pelea marital, una mujer supuestamente asesinó a su conviviente enterrándole una tijera en el pecho. Delito ocurrió en el cantón Naranjal

Aunque hay confusión en cómo se originaron los hechos, existe certeza en la causa de su muerte. Kevin Patiño López falleció horas después de haber recibido un ‘tijerazo’ en el pecho durante una pelea que supuestamente mantuvo con su pareja sentimental, Erika Peralta, de 30 años.

Hasta donde conoce el fiscal César Peña, la tarde del domingo 5 de diciembre se registró un caso de violencia intrafamiliar en el que presuntamente Patiño era el agresor y Peralta, la víctima. Él habría estado bajo los efectos del alcohol y ella, con heridas superficiales en el rostro y una de sus piernas.

Los agentes policiales intervinieron, pero no se dieron cuenta de que el joven jornalero tenía una herida de arma blanca en el pecho, y mientras su pareja recibía atención médica, él estaba en calidad de detenido.

Cuando se percataron del quebranto de su salud, Kevin fue llevado a un centro hospitalario de Naranjal (Guayas), pero ya fue demasiado tarde. “El médico forense me indicó que así se hayan dado cuenta a tiempo, no se salvaba. La herida fue profunda y le provocó una hemorragia interna”, informó el fiscal César Peña.

Con la muerte de Patiño López, los papeles se invirtieron y pasó a convertirse en víctima.

Su pareja, con quien llevaba alrededor de dos años, quedó detenida y sería procesada por el delito de asesinato.

“La Fiscalía va a investigar este caso por el presunto delito de asesinato y podría pagar una pena privativa de libertad de entre 22 y 26 años. Pero dependiendo de las circunstancias agravantes que puedan presentarse, los años pueden ser más”, indicó la autoridad.

Lucrecia López, madre del fallecido, acudió la mañana de ayer hasta el despacho del fiscal a presentar la denuncia. Ella reconoció que no tiene una buena relación con su nuera y aseguró, además, que trabajaba en “el ambiente”.

Relató también que su hijo estuvo separado de Erika, pero que decidió regresar a continuar con la relación. “No sé lo que habrá pasado en realidad, yo lo que quiero es que se haga justicia y que la muerte de mi hijo no quede en la impunidad”, dijo entre lágrimas.

Actuó en “defensa propia”

En la versión que la ahora procesada proporcionó al fiscal que investiga el caso, sostuvo que su conviviente supuestamente siempre la golpeaba y que, la tarde del domingo, actuó en defensa propia.

La sospechosa tiene cuatro hijos menores de edad, y uno de ellos, una niña de 12 años, habría presenciado la pelea. Su versión será importante durante el proceso investigativo.

Mientras tanto, familiares de Erika llegaron desde Santo Domingo para recibir en custodia a los niños.

La víctima mortal, por el contrario, fue llevada hasta el km 11 de la vía a Guayaquil, para su velatorio.

El occiso deja dos niños procreados en una primera relación sentimental.