Joël Le Scouarnec, un cirujano retirado, está acusado de haber abusado sexualmente de 299 personas, la mayoría, menores de edad, durante un período de más de 25 años, entre 1989 y 2014. Los crímenes, que salieron a la luz tras una denuncia en 2017, se cometieron en varios hospitales donde trabajó el cirujano, aprovechándose de su posición de poder y la vulnerabilidad de los pacientes.

El caso se volvió más sólido cuando las autoridades descubrieron en su domicilio cuadernos personales que detallaban los abusos cometidos, con descripciones explícitas y nombres de las víctimas. Los diarios, junto con material pornográfico encontrado en su poder, fueron piezas clave en la investigación. Muchas de las víctimas estaban sedadas o inconscientes durante los ataques, y varias de ellas ni siquiera eran conscientes de lo ocurrido hasta que fueron contactadas durante las investigaciones.

Durante su juicio inicial en 2020, Le Scouarnec fue condenado a 15 años de prisión por cuatro casos de abuso sexual confirmados. Sin embargo, la magnitud del caso se amplió cuando se descubrieron los registros de sus crímenes sistemáticos, lo que llevó a la apertura de un nuevo juicio en 2025. Este proceso judicial es considerado el mayor en la historia de Francia relacionado con abusos sexuales, tanto por la cantidad de víctimas como por la duración de los crímenes.

El caso ha generado un fuerte debate en Francia sobre los sistemas de supervisión médica y la protección de menores en entornos hospitalarios. Organizaciones defensoras de derechos infantiles han pedido reformas significativas para prevenir que casos como este vuelvan a ocurrir. Además, la confesión del cirujano sobre su pedofilia ha intensificado la indignación pública, poniendo en evidencia las fallas en los mecanismos de control dentro de las instituciones de salud.

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