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Crónica

El desamor hace aparecer a ciertos personajes: las ‘cucú’, los ‘venaos’, los ‘sapos’, entre otros.EXTRA

¡Te la tengo jurada!: Historias 'lámparas' de despecho

Brujería, encarcelamientos, ‘puñetizas’, destrucción de autos y más han realizado algunos 'picados', quienes no les perdonan a sus ex que les hayan montado ‘cachos’ o que los hayan dejado. 

Dice un conocido refrán que “del odio al amor, hay un solo paso” y del enamoramiento al desprecio es la misma distancia. Este cambio radical suele darse cuando hay ‘cachos’ o cuando ya no se quiere seguir en la relación y el otro no lo acepta. Allí aparecen don despecho y doña venganza.

No todos terminan como musas que inspiran canciones como ‘Session 53’ de Shakira y Bizarrap, algunos ex van a ‘cana’, a otros les va mal porque les hicieron macumba. Varios terminan ‘chiboleados’, tanto el que ‘adorna’ la frente, como la que se ‘crucetea’; en estos casos, las mujeres no lloran, las mujeres fracturan, mechonean, aruñan...

También hay quienes para desquitarse vacilan con alguien del entorno. Destruyen lo que atesora su ex: su carro (lo rayan, rompen sus vidrios, etcétera), su trabajo (te arman escándalos para que te boten); le ‘sapean’ a todo el mundo lo sucedido.

Con las siguientes historias se dará cuenta de que la cantautora barranquillera es un ángel, pues solo compuso una canción para su ex, Gerard Piqué. Aunque el despecho es mejor tratarlo en una sesión terapéutica.

Las ‘cucú’

Ana y Luis llevaban 8 años juntos. La rutina apareció y él quiso terminar la relación. No se atrevía porque Ana era explosiva, pero un día se armó de valor y dentro de su carro, en los exteriores de la Escuela Superior Politécnica de Guayaquil, le dice que quiere rehacer su vida, pero sin ella.

Ella ‘amagó’ estar tranquila, y le respondió: “Así toca”, pero solo esperaba un descuido para ‘arrancharle’ las llaves del carro y ‘soplar’ hasta uno de los buses de la universidad y desaparecer... Por una semana lo dejó sin auto, pues le envió las llaves al trabajo de su ex.

A Mariela la terminaron por teléfono, eso le calentó. Por eso fue hasta la casa de Carlos, esperó un mes para asomarse, así él estaría confiado en que todo estaba bien.

La casa de Carlos fue puesta 'patas arriba', con la visita de su ex.Archivo / EXTRA

La joven no tenía cómo entrar al inmueble y trata de treparse el cerramiento, una vecina la pilla. La chica la ‘cuentea’ y le dice que iban a hacer una tarea de la ‘U’ y que él se olvidó de dejarle las llaves. La señora le creyó y le dice que de su vivienda puede ingresar al patio de Carlos.

Mariela entra y su ex estaba viendo la ‘tele’, ella se para en frente de él. No veía películas de terror, pero fue como ver al Exorcista en 3D: empezó a reclamarle y romper todo en el domicilio. El ‘huracán Mariela’ no dejó nada a su paso, desbarató todo y luego se fue ‘como el pavo’.

La experiencia que le tocó vivir a Marcos fue como salida de un filme de terror de Alfred Hitchcock.

Solo a él se le ocurre ‘cortar’ a su novia, mientras circulaba en la carretera. “La tipa enloqueció, me cogió el volante, el auto zigzagueaba, un camión venía de lejos, yo estaba con taquicardia, empecé a llorar y del susto hasta defequé, se me aflojó el estómago. Estaba en shock, ella se bajó y se trepó en un bus”, cuenta Marcos, de 30 años.

El ‘encanado’

Paúl Tapia es stripper y vive en Portoviejo, la madre de sus hijos sabía de su oficio, no le cuadraba, pero lo soportaba.

Un día le encuentra unas fotos y vídeos XXX, le hizo un escándalo, le quemó todos los trajes de sus presentaciones. Perdió $ 500. También hizo que lo metieran preso. “Me demandó en el Juzgado de la Niñez por manutención, pero todas las notificaciones llegaban a la casa de ella, por eso yo ni enterado de las audiencias ni boleta de apremio y me cogieron preso, luego ella hizo que me liberen. Estuvimos cinco años juntos, pero eso sí, a cada rato me envía el vídeo”.

Rosa 'cachó' a su ex jugando billar con la 'otra', a ambos se los 'sonó'.Archivo / EXTRA

Los ‘venaos’

Hace 13 años, Felipe Sánchez trabajaba en el sur de Guayaquil y para regresar a su casa tenía que coger la metrovía en la estación de la Universidad Estatal, por allí queda un motel. Al dejar el transporte público, ve a su ‘pelada’ salir de ese ‘matadero’ con un chico, eran como las 20:00.

“Voy detrás de la man, y le tiro un jugo de mora que venía tomando, ella me quiso pegar, pero vi una funda de basura y se la lance todita. Le dije: ‘Eso es lo que eres, mierda’. Al man le recordé que existe el karma y le expresé: ‘Pana, no sé qué número serás tú en la vida de esta man’”.

Rosa convivió siete años con su pareja, Jaime, quien es taxista y con el ‘cuento’ de su oficio… le ‘echaba tierra en los ojos’ a su ‘ñora’. Al inicio ella le creía todo, pero las insistentes llamadas de “clientas” le hicieron sospechar que las vueltas que él hacía no eran por trabajo; hasta que un día no le contestó el teléfono y se le ‘hizo humo’.

“Lo reporté a la Policía como desaparecido, puse la denuncia y todo. Me olía que en algo andaba y necesitaba saber dónde y con quién estaba, por eso ‘amagué’ hasta en redes sociales sobre su desaparición. Como les di la placa, lo ubicaron, el sinvergüenza estaba en una playa de Manta”.

Jaime y su acompañante femenina estaban jugando billar en el hotel, Rosa los ‘cacha’. A él le dio con el palo del billar y a ella la ‘mechoneó’. Los policías la sacaron del lugar, pero alcanzó a llevarse una de las bolas.

“Estaba picada porque no les pegué como quería, por eso me desquité con el carro, le rompí todos los vidrios con la bola y se la dejé en el taxi. Me separé de él, eso fue hace ocho meses”, revela la manabita.

Nelson andaba flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones... gracias a las macumbas que le hizo una novia ocasional que tuvo.Archivo / EXTRA

El ‘macumbeado’

Nelson, luego de divorciarse, se tomó su tiempo y a los seis meses volvió al ‘ruedo’ sentimental. En ese tiempo conoce a la novia de Chucky, así apodaron a su ex, con quien estuvo tres meses.

La chica le ‘vendió’ una fachada de religiosa y mientras estaba con ella pasaba enfermo, flaco y cansado. Un día habla con su exesposa y esta le aconseja que se haga una limpia, él accede y quien se la realizó le dijo que estaba cargado negativamente. Ese día decidió terminar su nueva relación.

Después de eso le pasaron cosas ‘lámparas’: tenía pesadillas, bajaba de peso, oía pasos en su casa y percibía malos olores. Estuvo fregado económicamente, sin trabajo por ocho meses, cuando lo máximo pasaba desempleado un mes. Se chocó y tuvo que pagar los daños. Su exesposa intuyó que lo habían macumbeado, por eso fueron donde un experto en temas espirituales y energías.

“No lo conocía y me dijo que me hicieron dos trabajos fuertes, uno para que me afecte económicamente y otro para matarme. Uno lo hicieron en un caldero, metieron mi foto con tierra de cementerio y la hirvieron con sangre de pollo. Me describe a la persona que me hacía brujería y era ella”.

Luego Nelson se hizo una liberación de las macumbas que su ex le hacía.

Como estaba endeudado no contestaba las llamadas y alguien lo hacía insistentemente. Como no le ubicaron, se contactaron con su esposa, con quien regresó. “Era la última pareja de esa loca y le mandó un mensaje en el que le contaba que él halló en el clóset un altar con una foto mía, una vela negra, un trapo sucio y tierra. Me volvió a macumbear. Ella lo amenazó con hacerle daño a sus hermanas si me decía. Él terminó con la tipa, pero se sentía mal por lo que ella me estaba haciendo. Cada vez que puede me hace trabajos, pero ahora sé cómo bloquearlos”.

Otra forma de desquitarse es contarle a sus allegados la infidelidad de su ex.Archivo / EXTRA

Los ‘sapos’

“A una amiga, su pareja la traicionó, no le dio pereza y llamó a la madre de la ‘grilla’ y le dijo: ¿Cómo crio usted a su hija? Por ella me está quitando a mi marido, a la señora casi le da un infarto y terminó en una clínica”, cuenta Susana.

Sin embargo, lo que le pasó a Julián en su aniversario número 7 con María no lo olvida, así hayan pasado cinco años.

El hombre felizote se va con ella a Cuenca; él tiene el sueño pesado, cosa que María aprovechó para hacer de las suyas en el hotel.

“Él estaba ‘rucote’ y ella se bajó al bar del hotel a ‘pegarse’ unos tragos, ese día vacila con el bartender, un gringo. Al día siguiente, también se escapó, esperó que se durmiera y bajó al bar. Julián despertó, no la halló y la buscó por el pequeño hotel. La encuentra en el baño de hombres del restaurante ‘cuerpeando’ con el estadounidense. Lo primero que hizo fue orinarlos, luego tomó fotos con su celular y no sé cómo los encerró. Después le enseñó las imágenes a la dueña del lugar y a la esposa del de la ‘Yoni’. Mi pana la dejó botada en el sitio y se regresó a Guayaquil”, cuenta Marcos, amigo de Julián.

Pese al desamor y los engaños, “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”. La mezcla del enojo y del dolor le puede pasar facturas emocionales en el futuro. Pilas, Shak-IRA.