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Elizabeth Castañeda sostiene el portarretrato donde aparece junto a sus padres y hermanos. En esta foto Marco Castañeda junto a la su madre, la cantante Maruja Mendoza.Freddy Rodriguez y cortesía

Quevedo: Asesinado en un bus era hijo de la cantante Maruja Mendoza y retornaba de la boda de su hijo

El sexagenario ejerció como profesor durante 30 años. Regresaba a Guayaquil desde Quito. "A mí no me vas a robar", le dijo a uno de los delincuentes y este le respondió con un tiro en la cabeza

“Papi, no te vayas a Guayaquil, quédate un día más”, fueron las palabras que Marco Castañeda le dijo a su padre, Marco Enrique Castañeda Mendoza, la última vez que lo vio con vida.

Veinte horas después, a las 09:00 del domingo 3 de abril, recibió una llamada que destrozó su corazón. “Su papá fue asesinado”, le dijo el policía que lo contactó por teléfono. Ocurrió en el anillo vial de Quevedo. El tramo en donde sucedió el atraco está entre Buena Fe y Quevedo (Los Ríos).

Castañeda, de 68 años, y quien por más de tres décadas laboró como profesor de escuelas y colegios, es hijo de la cantante ecuatoriana María Edelmira Mendoza Montiel, conocida como Maruja Mendoza Sangurima y por el dúo que conformó con su hermana Amelia, también las llamaban Las Alondras del Guayas.

Él recibió un disparo en la cabeza cuando retornaba desde Quito al Puerto Principal en un bus de Transporte Ecuador. Varios sujetos se subieron al micro para robar a los pasajeros y, al parecer, el sexagenario puso resistencia y por eso le dispararon.

20 hombres armados asaltaron el bus donde iba el profesor victimado.

“Testigos informaron a la Policía que mi papá se paró y les dijo a uno de los delincuentes ‘a mí no me vas a robar’, esto seguramente enfureció al ladrón”, mencionó Elizabeth, la segunda de sus cuatro hijos.

Ella contó que su progenitor viajó a la capital el pasado miércoles para estar presente en el matrimonio del mayor de sus hijos, evento que se efectuó la tarde del viernes.

“Mi hermano mayor y la menor viven en Quito desde hace varios años. El año pasado mi padre fue operado del corazón y salió airoso de su intervención, pese al pronóstico de los médicos. Tampoco se enfermó de COVID, porque siempre lo cuidamos, ahora la delincuencia no los quita de esta forma tan terrible”, mencionó entre lágrimas Elizabeth.

Marco recodó que posterior a su boda le dijo a su padre que se quedara unos días más en su vivienda, pero que él insistió en regresar hasta su casa ubicada en el sur porteño.

“Durante el matrimonio mi papá tomó la palabra y nos deseó bendiciones. Tenía un mal presentimiento, si me hubiese hecho caso y no hubiese regresado no lo estaríamos velando”, expresó con pesar el primogénito del profesor cuyo cuerpo es velado en Guayaquil.