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Judicial
Guayaquil: Sujeto es detenido como sospechoso por decapitación con explosivo
Un sujeto fue detenido en el mismo sector en el que un joven fue asesinado. En su inmueble hallaron artefactos sospechosos.
El sonido de una explosión despertó a quienes habitan en los alrededores de la manzana 759 del bloque 2 de Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil, aproximadamente a las 05:00 del domingo 20 de febrero.
Algunos lugareños, tras el estruendo, pensaban que se trataba del estallido de un tanque de gas. Y lo mismo creía Rodolfo Valle, pero con el pasar de los minutos fue alertado de que se trataba de un suceso fatal y que la víctima era su hijo, Andrehus Yasmani Valle Delgado, de 21 años.
Desconcertado, el padre acudió de inmediato al lugar de los hechos y sufrió otro impacto al ver el cadáver de su vástago, pues este no tenía el cráneo: sus ‘verdugos’ lo habían decapitado con un artefacto explosivo.
Este caso es el primero en el Ecuador bajo esta modalidad y por ese motivo un equipo periodístico de Diario EXTRA se acercó a un mayor de la Policía Nacional, del distrito Pascuales, para consultar información oficial, pero él dijo no estar a cargo y mencionó que a pocos metros había un superior que podía hablar al respecto, pero no lo había y otros uniformados también evitaron dar un pronunciamiento.
El padre del fallecido tampoco tenía mayores detalles. Comentó que los agentes le habían dicho que en ese lugar no había cámaras de seguridad, pero que buscarían en los alrededores para establecer quiénes atacaron al joven.
Extraoficialmente se conoció que un testigo habría observado que a la víctima la bajaron de un vehículo de color rojo, del cual se desconocía la placa o las características de sus ocupantes.
Lo que el lugareño no habría detallado a los investigadores fue cómo hicieron para decapitar al veinteañero con un explosivo, sin destruir otras partes de su cuerpo, pues en una imagen a la que EXTRA tuvo acceso se pudo observar que el torso, los brazos y las piernas quedaron aparentemente completos.
Dolorosa recolección
A causa del fuerte estallido, los restos del cráneo de la víctima quedaron esparcidos por las calles, paredes, techos, cables y otras estructuras alrededor.
Con la ayuda de algunos allegados, el papá de Andrehus Yasmani empezó a recolectar sus partes para colocarlas en una pequeña funda de plástico, transparente. Las escenas fueron dolorosas no solo para los familiares, sino para quienes observaban esta tarea.
Para el padre se habría tratado de una confusión, porque su hijo no registraba antecedentes penales y tampoco tenía problemas con otras personas, porque -según él- su único vicio era la calle, pero no era alguien que se metía en líos.
Detenido
A la vuelta del lugar de los hechos, en la manzana 775, agentes de la Policía acordonaron una cuadra para ejecutar un allanamiento en un inmueble. Al sitio arribaron especialistas de la Unidad Antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).
Los moradores comentaban que, al parecer, de ese lugar habría salido el explosivo utilizado para decapitar al joven lugareño, pero no hubo versión oficial del allanamiento.
No obstante, se pudo observar que un sujeto fue aprehendido y embarcado en un patrullero.
Fuentes policiales revelaron que el individuo a quien investigaban fue identificado como Bryan Rosas, de 30 años, y que en su vivienda decomisaron como indicios, además de una motocicleta Yamaha, de placa HQ028W, cinco posibles artefactos explosivos.
Estos objetos presuntamente tenían forma de envolturas cilíndricas, de colores rojo y café, y al parecer todos tenían mechas.
Por ese motivo, el detenido pasó a ser considerado como posible participante del hecho violento.
Los moradores están aterrorizados
Quienes habitan en el sector donde ocurrió el decapitamiento con explosivos están aterrorizados. Algunos lugareños, bajo reserva de sus identidades, mencionaron que se habrían autoimpuesto una especie de toque de queda, porque circular a altas horas de la noche se habría vuelto peligroso.
Una moradora mencionó que, además, es complicado hablar con alguien o denunciar, porque si algún delincuente de la barriada se entera de esa situación, de inmediato una persona puede ser considerada como ‘sapa’ o informante, lo que pondría en riesgo sus vidas.
Una fuente policial mencionó que el sector estaría en disputa por dos organizaciones criminales, pero no adelantó cuáles son, supuestamente porque existen algunas investigaciones en curso.
En el grupo de WhatsApp, del Comando Zonal, se consultó si se daría algún pronunciamiento al respecto, por ser la primera vez que se comete un crimen con esta modalidad, pero no hubo declaraciones hasta el cierre de esta edición.