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Un pequeño árbol fue el paraguas natural de un vendedor informal.Miguel Canales León / EXTRA

Guayaquil: Los días de intenso calor irán hasta el viernes 19 de mayo

Para cubrirse del sol unos usan paraguas convencionales o los ‘naturales’, los árboles. Otros andan como ‘momias’, forrados. También se emplea el aire acondicionado de los 'chiros', colonia mentolada

En estos días calurosos, los memes sobre el Puerto Principal están que ‘arden’. Uno de ellos es una foto (manipulada) en la cual se ve a una mujer con las manos prendidas de fuego; y se puede leer la siguiente frase: “Cuando apoyas las manos en algún carro en Guayaquil”.

Causa risa, pero el calor de la urbe porteña, no. Pues en los últimos días, sus habitantes han soportado intensas temperaturas y altas radiaciones ultravioletas (UV). Para preocuparse.

Según Cristian Paliz, especialista en pronósticos y alertas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), el 17 de mayo Guayaquil presentó temperaturas que iban de 24 grados hasta 33, entre el mediodía y la tarde.

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La radiación UV pudo llegar a 10 puntos (considerada muy alta) y la probabilidad de lluvia es baja. “Este jueves 18 de mayo, las condiciones serían similares en el tema de temperatura y hasta el viernes quizá se mantengan las elevadas radiaciones”, menciona el experto, quien dice que este fin de semana la temperatura será más fresca.

Por los solazos, algunas mujeres se parecen a las de Medio Oriente, improvisan sus burkas.Miguel Canales León / EXTRA

Los ‘fogonazos’ porteños ahuyentaron a Leonardo Vásquez, de 36 años, quien hace seis meses se mudó a Quito. Admite que no soportaba el calor y este le cambiaba el humor, pues ‘los solazos’ enrojecían su piel blanca.

33 grados sería el tope de temperatura que se registraría hoy en Guayaquil, según Inamhi.

Para él, era un suplicio que el bus no lo cogiera en la parada, eso lo llevaba a insultar a los conductores. Leonardo quedaba rojo de ira y por el solazo que le tocaba aguantar en ocasiones, por esperar al transporte público.

Estos comportamientos suelen ser normales, manifiesta la psicóloga clínica Susana Osorno, quien sostiene que la humedad y el calor causan desgaste físico y pueden llegar a desanimar a la persona.

“Hoy podría hacer tal cosa, pero este calor no me lo permite. Quiero, pero no puedo. Hay un choque en las emociones que altera y los puede poner irritables”, precisa la experta en salud mental.

La doctora María Isabel Castro indica que las personas con enfermedades cardíacas, dermatológicas, con obesidad, adultos mayores y mujeres embarazadas son vulnerables.

  • Aire acondicionado popular

Geomayra Terán (35) habita en la cooperativa Cañaveral, noroeste porteño. Cuenta que pese a que vive en una casa de caña, el sol ‘pega’ durísimo sobre su techo de zinc, volviendo el sitio en un horno.

“Entra ventilación por las cañas, pero es un vapor caliente. Los ventiladores no abastecen y botan un aire abrasador. Lo malo acá es que hay pocos árboles y el sol da directo, por eso uno tiene que andar con ropa fresca y bañarse a cada rato, incluso usar el ‘aire acondicionado de los pobres’: la conocida loción mentolada. Y para mis hijos es un lío, pues no se pueden concentrar en sus tareas. Y cuando estoy en la calle me meto en algún sitio con aire”.

Diana Quezada trabaja en un centro comercial del norte y afirma que de 09:00 a 16:00 la gente busca refrescarse con el aire acondicionado de su mall. “También he visto que otros salen a comprar a partir de las seis de la tarde, esperan que baje el sol”.

Quienes ‘bailan en una pata’ por el calor son los comerciantes de agua, su producto se acaba rápido.Miguel Canales León / EXTRA

Con el calor de la urbe dan ganas de cambiarle la letra a la ronda infantil... “Sol, solecito, apágate un ratito...”.

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