Arrodillado junto al cadáver de su hermano materno, el exfutbolista Pedro Quiñónez Rodríguez lloraba lamentando aquella inesperada pérdida. Su pariente, el sargento segundo de Policía Jicson Eduardo Ayoví Rodríguez, murió a manos de delincuentes, en el sur de Guayaquil.

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El crimen se produjo aproximadamente a las 22:00 del lunes 24 de febrero de 2025, en la cooperativa Los Claveles, mientras el gendarme se movilizaba en una motocicleta, luego de cumplir con su jornada de trabajo.

El teniente coronel Freddy Raza, subjefe policial del distrito Esteros, indicó que el sargento, antes de su violento deceso, formaba parte de la seguridad de una funcionaria del Consejo Nacional Electoral, Delegación Guayas. Sin embargo, dijo que al momento no hay datos que relacionen la causa del asesinato con aquella labor del servidor policial.

“De las indagaciones que se realizaron a vecinos del sector, ellos indicaban que, al parecer, se trató de un posible robo, le querían sustraer la moto”, declaró Raza.

Quiso defenderse

Ayoví intentó impedir el atraco utilizando su arma de dotación, pero los pillos que lo interceptaron le propinaron disparos que le provocaron una muerte instantánea.

Raza manifestó que cuatro malandrines sorprendieron al uniformado. Posteriormente se ejecutó una revisión de cámaras de seguridad para determinar cuál fue la trayectoria de los implicados y se realizan acciones para lograr capturarlos.

No se llevaron la moto

Después del forcejeo y disparos contra el sargento Ayoví, los hampones no se llevaron la moto en la que circulaba el agente. Se sospecha que hurtaron su arma de fuego, ya que no fue encontrada en la escena del crimen.

En el lugar donde se produjo el acontecimiento criminal, moradores indicaron haber escuchado aproximadamente diez detonaciones de arma de fuego.

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El mensaje emotivo de Pedro Quiñónez

A través de su cuenta en la red social Facebook, el exjugador Pedro Quiñónez hizo una sentida publicación en la cual se refería a la pérdida de su ñaño.

“Hermanito de mi vida, ayer nos vimos, compartimos. Unas horas antes me habías llamado que estabas bien, que ya ibas a casa porque tu hijo te esperaba y mira, te encuentro tirado hermano mío. No encuentro consuelo, Dios te tenga en su santa gloria, hermano de vida”, expresó Quiñónez en un texto que adjunto a un video en el que aparecía junto al cuerpo.

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