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Los sospechosos fueron detenidos en las afueras del centro de salud de Chimbacalle.GUSTAVO GUAMAN

Quito: Secuestrada y violada por su expareja  y un compinche... durante días

La víctima delató a sus atacantes cuando la llevaron a un centro médico. Allí se enteró de que estaba encinta de uno de ellos y no puso la denuncia.

Una mujer llegó con dolores en el vientre al centro de salud de Chimbacalle, en el sur de Quito, y terminó revelando que había sido secuestrada y violada por dos hombres, durante varios días.

La tarde del 24 de octubre, según el informe policial, la víctima le habría contado al médico de turno que afuera del dispensario estarían sus supuestos agresores. Ante eso, el galeno alertó  a la Policía, que envió a un grupo de uniformados.

Al entrevistar a la joven, de 23 años, ella les contó a los gendarmes que hace dos semanas habría estado bebiendo con los hoy sospechosos de su secuestro y violación en Ambato, de donde ella es oriunda, y que uno de ellos le habría puesto alguna sustancia en su bebida.

Luego –continuó con su relato– ella se habría levantado desorientada en un cuarto sucio, sin saber dónde estaba. Según ella, habría pasado 15 días en cautiverio. Durante ese tiempo, los dos individuos supuestamente la violaban y la sedaban constantemente.

Estos ultrajes habrían provocado un deterioro en la salud de la joven, quien inconscientemente le pidió a los dos hombres que la llevaran a un médico porque comenzó a vomitar. Es así que los sujetos la trasladaron hasta el centro médico.

Captura y desenlace

El sargento Christian Puruncajas, quien intervino en el caso, indicó que a uno de los sospechosos lo ubicaron en las afueras del establecimiento médico. Estaba nervioso. Al otro lo agarraron dos cuadras más al norte.

Ambos estaban desorientados “como que habrían consumido alguna sustancia”, añadió el uniformado.

Ellos y la afectada fueron llevados hasta Flagrancia para continuar con el proceso legal. La fiscal de turno envió a la joven hasta la Maternidad Isidro Ayora para que le realizaran unos exámenes médicos. El resultado: estaba embarazada.

En ese momento la mujer cambió de semblante y les dijo a los policías que la acompañaron que ya no quería poner la denuncia. Que solo pretende obtener una boleta de auxilio.

El coronel Marcelo Castillo, comandante del Distrito Eloy Alfaro, mencionó que insistieron a la chica para que no dejara en libertad a sus presuntos agresores y que pusiera la denuncia, pero ella se negó.

Cuando la mujer fue a la Maternidad para que le realizarán exámenes se demostró que estaba embarazada.GUSTAVO GUAMAN

Sin embargo, el oficial dispuso que agentes de la Unidad de Violencia Intrafamiliar realizaran el seguimiento del caso “para evitar un femicidio”.

Luego se percataron que uno de los supuestos agresores era la expareja. Él tiene 13 antecedentes penales por robo, hurto, tráfico de droga, entre otros. Además, la joven tenía medidas de protección en su contra.

Castillo mencionó que realizarán un parte policial para que se siga el proceso judicial desde las entidades pertinentes.

Círculo de violencia

La abogada Johanna Orbe, experta en violencia de género, explicó que estos casos suelen suceder cuando la víctima no se percata que vive en un círculo de violencia con su pareja.

Añadió que hay varias razones para que pase esto. Orbe cree que la mujer no puso la denuncia porque existiría una dependencia de la víctima con su agresor, “ya sea económica o sentimental”. “Si los tipos son encarcelados cuando salen libres sus parejas terminan siendo víctimas nuevamente”.

La jurista aclaró que para que una mujer pueda salir del círculo de violencia, muchas veces deben llegar ‘al fondo del abismo’ y es cuando buscan ayuda. “Es como cualquier adicción. Uno no se da cuenta, así las otras personas le digan lo que padece”.