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El error que terminó con la vida de dos menores en Guayaquil: ¿A quién buscaban?
Un vecino de los hermanos asesinados también fue víctima del ataque violento
Ni Elvis Mayorga Reyes ni los dos hermanos menores de edad baleados la noche de este jueves 23 de enero en las calles 31 y callejón Francisco Segura, en el suburbio de Guayaquil, eran el objetivo de los sicarios que llegaron a bordo de una motocicleta. Sin embargo, fueron ellos quienes recibieron los disparos que les causaron la muerte.
El coronel Pablo Argoti, jefe del distrito Portete, informó que los atacantes buscaban asesinar al conductor de la motocicleta en la que se movilizaba Mayorga.
“El objetivo de los criminales era un sujeto que había estado huyendo desde el cantón Santa Fe. Este hombre tiene antecedentes por tráfico de drogas y se había trasladado a Guayaquil hacía varias semanas. Los menores de edad fueron víctimas colaterales, asesinados porque los delincuentes temían ser identificados”, explicó Argoti.
La madre de los menores fallecidos relató a los investigadores que sus hijos estaban afuera de la casa cuando observó a varios sujetos armados en el pasillo. Según indicó, los individuos dispararon primero contra Mayorga y luego abrieron fuego contra sus hijos antes de huir. La madre aseguró que no reconoce a los responsables del ataque.
Un pariente de Mayorga declaró que estaba en su cuarto viendo televisión cuando escuchó el sonido de la motocicleta en la que venía su hermano. “Al asomarme por la ventana, vi a Elvis ingresar al inmueble. Luego volví a mi asiento para seguir viendo televisión. Minutos después, escuché varias detonaciones similares a las de un arma de fuego. Al darme cuenta del atentado, volví a la ventana y vi a dos hombres afuera del domicilio”, explicó.
Testigos describieron a los atacantes: uno de ellos era de contextura delgada y etnia afroecuatoriana, vestía una camiseta blanca y una gorra negra; el otro era de contextura gruesa, llevaba un buzo verde y una gorra verde oscuro. Ambos sujetos saltaron la reja del domicilio y huyeron rápidamente en dirección desconocida.
En la escena del crimen se encontraron 10 vainas percutidas calibre 9 mm, evidencia que está siendo analizada por las autoridades.
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