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Enigmas: La 'casa embrujada' y el duende que molesta a vecinos de La Forestal, en Quito
No solo se ha convertido en 'nido' de delincuentes sino que una presencia extraña no dejaría en paz a quien intente vivir allí. Conozca quién sería
Una vivienda esquinera de La Forestal, sur de Quito, es una pesadilla para los vecinos que la circundan. “Los delincuentes y drogadictos se meten. Por las noches uno no puede pasar porque es muy inseguro”, relata una lugareña.
Si bien la denuncia sobre el malestar roza en la delincuencia, hay un morador que asegura haber sentido algo fuera de este mundo. Su nombre es Manuel Santín, de 42 años, y afirma que hace un tiempo vivió en ese inmueble abandonado.
“Las cosas se movían sin explicación alguna. Mi cuñada vivía en la parte de arriba de la casa y ella también vio ese tipo de cosas”, precisa este hombre que estuvo de ‘pasadita’ por aquel sector.
En una ocasión, mientras limpiaba adentro del inmueble, vio cómo las puertas se abrían por sí solas. ¡De terror!
- ‘Malaire’
Santín cuenta que el interior tiene una serie de pasillos que le dan un aspecto tétrico a la casa. “Últimamente, los viciosos se han dado por entrar en la casa. Pero nadie quiere vivir ahí porque tiene una fea vibra”, indica.
De hecho, cuando él residió ahí, su esposa tuvo el conocido ‘malaire’ que casi la mata. Santín es oriundo de El Quinche, parroquia tradicional del oriente de la capital, y allá aprendió a hacer curaciones. Con lo que supo le salvó la vida a su señora, detalla.
- Un duende
Las vibras malignas, a criterio de Santín, pudieron acumularse porque hace poco más de 15 años, un vendedor de droga fue asesinado y su cadáver fue abandonado dentro de la casa.
Pero esto no es lo único. A decir de este exhabitante del lugar, adentro reside el ente de un hombre pequeñito, parecido al duende.
“Él hace las travesuras y no deja vivir en paz. Aunque no me crean, y tengo a Dios padre de testigo, que yo lo he visto”. El morador lo describe como una persona bien vestida, con un chaleco y un pantalón cortito que vive en una suerte de hueco que hay.
Harold Hernández, investigador de lo paranormal, señala que tanto el malaire como el supuesto duende son infestaciones ligadas al lugar. “Por la descripción dada por este señor pudieran ser dos cosas: en realidad se trataría de un duende que son espíritus muy ligados a cuidar los espacios”.
Lo segundo, según Hernández, es que en realidad la presencia de ese malaire se deba justamente al crimen del expendedor. “Puede que incluso el espíritu del asesinado está atrapado ahí”, finaliza.
Investigador de lo paranormal
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