Sorprendidos, aturdidos y con el pánico a flor de piel. Así amanecieron los vecinos del edificio Fantasía, en la avenida 9 de Octubre, que luce aún más inclinado. Primero, les asombró que el Municipio haya ‘salpicado’ sellos de clausura en diferentes inmuebles por un tema “preventivo”, aunque no todos se enteraron. Segundo, en menos de 24 horas a algunos negocios se les retiró el clásico sello de la dirección de Justicia y Vigilancia.

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“La notificación fue sorpresiva y que era provisional, nos dijeron. Es confuso... igual pedimos una notificación formal”, expresó un trabajador de una entidad financiera cercana al sector que tuvo que cerrar.

En tanto, ayer se registró más movimiento de lo habitual en el tramo donde está el Fantasía, pues había maquinaria y trabajadores. Hubo ventanas que fueron retiradas y se realizó un hueco en la calzada. Ya al mediodía apareció Álex Anchundia, gerente general de Segura EP, quien dijo que lo que se ha hecho hasta ahora es un perímetro de seguridad tras un análisis.

Ese análisis ha sufrido actualizaciones y es por eso que a algunos negocios se les retiró el sello de clausura. “Se tomó como una medida preventiva. Se determinó que en este tramo (entre José Mascote y Esmeraldas) se mantenga el cierre (peatonal y vehicular) y las respectivas clausuras”, explicó.

En total, son seis inmuebles, incluidos restaurantes y una casa patrimonial cuyos residentes ya han sido notificados, añadió el ingeniero, al especificar que en el lado de José Mascote se levantaron los sellos para que los dueños de los locales puedan ‘camellar’.

Repitió que ha sido una medida preventiva y aseguró que no va a ocurrir dentro de ese perímetro ninguna situación. O al menos eso espera. Y es por eso que aquellas medidas se van a ir actualizando con un monitoreo. También subrayó que una eventual ampliación al cerco se daría si así lo determinan las “actualizaciones”. Sobre el proceso de demolición, puntualizó que este sería de aproximadamente tres meses.

Por ahora, lo que se ejecuta en el área, un tramo de la principal arteria de Guayaquil, son los trabajos de apuntalamiento.

En la zona, uniformados de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) direccionaron a conductores que aún desconocían de los desvíos producto del cierre del tramo. Los conductores de las 18 líneas de buses que circulan por este sector también han modificado sus recorridos.

Mientras tanto, diferentes ciudadanos y trabajadores alzaban su mirada para contemplar los últimos días del inmueble. Unos, desde lejos, se fotografiaron simulando que sostenían el edificio, como la pose de la torre italiana de Pisa, y otros grababan el entorno.

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