El momento más angustiante en la vida de Adriana (nombre protegido) fue el sábado 6 de enero del 2024. Ese día por la tarde, la mujer escuchó disparos a menos de tres metros de distancia. Con nervios se lanzó al piso, temiendo morir, pero los balazos finalmente fueron contra cuatro personas, matándolas al instante. El múltiple crimen ocurrió en el sector 6 de Los Helechos, en el cantón Durán.

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La madre de familia, quien se encontraba en el exterior de su domicilio, gritó desesperada para que sus hijos, que estaban dentro, se escondan lo más al fondo posible de la vivienda. “¡Corran, balacera, balacera!”, les gritó.

Cuando por fin ya no escuchó detonaciones, lo que vio la dejó impactada. Dentro de un carro Chevrolet Spark gris, estacionado cerca de donde estaba parada, había tres mujeres y un hombre ensangrentados. Ellos fueron las víctimas mortales de aquel ataque, cometido por sujetos a bordo de una motocicleta, de acuerdo con información preliminar. Lo único positivo es que un bebito sobrevivió a esta brutal masacre.

A causa de los disparos, el coche de otro residente que estaba parqueado cerca quedó con un orificio en la puerta del copiloto, tras el impacto de uno de los proyectiles.

Este domingo por la mañana, quienes residen en el sector aún estaban con pánico por lo sucedido. Evitaban salir de sus casas. Solo unos pocos salían o llegaban de comprar, mientras otros apenas se animaban a mirar por los vidrios de sus ventanas hacia afuera. En el sitio aún se pudo observar incluso una de las vainas percutidas.

Según lo que contaron Adriana y otros lugareños, una de las jóvenes vivía en una casa de la zona. Este domingo ese domicilio se encontraba cerrado y se desconocía si a la mujer iban a velarla o no ahí.

“Una de las chicas vivía aquí, se la conoce desde chiquita”, dijo Adriana. A la muchacha le decían Norkis. Siempre llegaban a verla las otras dos jóvenes y el ciudadano que estaba con ellas en el momento trágico. Él era quien conducía aquel vehículo gris baleado.

Según la moradora, desde la casa donde vivía la chica se oía música con frecuencia, había pequeñas reuniones y sus amigos iban constantemente.

En el barrio tenían la inquietud de saber si su joven vecina podría estar en malos pasos o no. Pero hasta el cierre de esta nota periodística, ninguna autoridad policial se pronunció respecto al caso.

Los asesinos aprovecharon una característica del lugar: se trata de un estrecho callejón, cerrado por un lado con un portón, pero abierto del otro extremo, pues en ese costado no tiene puertas. Y por dicho acceso libre es que justamente ingresaron los implicados, aprovechando que el auto en el que estaban las víctimas estaba cerca del portón y no tenía cómo escapar.

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Una de las mujeres estaba con un bebé en el asiento del copiloto, según los vecinos. Adriana comentó que el niño tiene aproximadamente un mes o un poco más de nacido.

El chiquito se salvó de morir porque la mujer, quien sería su madre, lo cubrió para protegerlo de los disparos. Rosa, otra de las residentes, contó que revisó al pequeño y tenía manchas de sangre de su madre, pero no le vio heridas.

Al callejón llegaron los familiares de las víctimas, quienes se quedaron visiblemente afectados emocionalmente al confirmar que habían asesinado a sus seres queridos. 

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