Lo que parecía iba a ser el robo perfecto se vino abajo cuando dos guardias de una compañía de seguridad se percataron de la fechoría que iban a cometer sus compañeros y decidieron enfrentarlos y evitar el atraco.

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La noche del pasado sábado, trabajadores de una empresa ubicada en la ciudadela Abel Gilbert 3, de Durán, en presunta complicidad con otras personas, planificaron el robo de las armas de fuego que se almacenaban en dicha compañía y que sirven de dotación para el personal que allí labora.

Un colaborador de esta empresa de seguridad, que brinda servicios a varios negocios tanto de Durán como de otras ciudades, reveló que dos miembros de su compañía serían los responsables del asesinato de dos trabajadores y del robo, y que fueron detenidos por la Policía en el instante en que pretendían darse a la fuga.

“Conocemos que dos hombres encapuchados llegaron en una camioneta blanca y vestían como policías. Los mismos guardias de la empresa los dejaron pasar. Cuando los otros compañeros se dieron cuenta de su intención, repelieron acción y fue en ese instante en que les dispararon”, relató.

Sostuvo que los malhechores, que llegaron a perpetrar el hecho, lograron llevarse varias armas de fuego, calibre 38, pero no todo el lote, más de 100 armas, que era lo que pretendían hacer cuando fueron ‘cachados’ en roja.

Los guardias de seguridad implicados en el robo desconectaron y habrían dañado las cámaras de seguridad y los discos duros para no dejar evidencias del delito cometido, aseguró el informante a este Diario.

Las víctimas eran: Darío Javier Parra Ortiz, de 37 años y quien era de nacionalidad venezolana, y Darío Francisco Olives Castro, de 22, oriundo del cantón Naranjito.

Una fuente policial reveló que el cadáver del extranjero, quien tenía alrededor de cinco años laborando en la compañía, fue hallado junto a la puerta de ingreso, mientras que el cuerpo del otro celador está en el área destinada como cocina. Ambos presentaban impactos de proyectil en la cabeza y estaban boca abajo.

“Se trató de un auto robo. Un hecho de traición y muerte, ya que no les importó matar a sus propios compañeros e incluso desconectaron las cámaras de seguridad con tal de robarse las armas que estaban en el rastrillo. Se detuvo a dos personas como sospechosos directos y a otros porque también estuvieron en el lugar de los hechos. Uno de ellos tiene una herida de bala en el brazo derecho”, afirmó el investigador.

Los aprehendidos son Joffre Pazmiño, de 48 años; Víctor Bermello, de 24; José Zambrano, de 33; Juan Anchundia, de 22, y Jefferson Analuiza, de 25. Ellos fueron puestos a órdenes de las autoridades judiciales.

En el lugar de los hechos agentes de Criminalística recogieron como evidencia dos celulares, una bala y un DVR (grabadora de vídeo).

Los cadáveres fueron trasladados hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil. (AEB)

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