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Drones en los incendios de Quito: ¿aliados o amenaza para las operaciones de rescate?
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, advirtió sobre la prohibición de volar estos equipos sobre las áreas en las que se registraron incendios forestales
Los videos y fotografías aéreos de los incendios registrados en Quito durante esta semana permitieron palpar la magnitud de lo que ocurría.
Las redes sociales se llenaron de estas imágenes que provocaban ira y rechazo. Muchos se conmovieron al ver cómo los bosques se consumían rápidamente y la llama avanzaba hacia las viviendas.
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Sin embargo, el 26 de septiembre de 2024, un día después del momento más crítico, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, publicó un tuit en el que advertía que las operaciones de drones de uso civil y comercial no estaban autorizadas en el sector afectado, especialmente en el Cerro Auqui. “Si hay drones en el aire, los helicópteros no pueden volar”, insistió.
Un experto habla del tema
Si bien estos artefactos se han convertido en aliados de los humanos para mostrar paisajes hermosos o cuantificar los daños, por ejemplo, también se les ha dado un uso incorrecto. EXTRA contactó a Santiago Uribe, director creativo del Grupo Uribe, uno de los pioneros en el empleo de los drones en el país, quien nos detalló sobre cómo ha evolucionado el uso de estos equipos.
Uribe empezó a operar los drones desde 2010, cuando ni siquiera tenían ese nombre. Les decían cuadricópteros a control remoto o, en Estados Unidos, vehículos aéreos no tripulados. Allá se capacitó y obtuvo un certificado de pilotaje. “Desde ese año hemos incursionado en la fotografía y videos aéreos”, afirmó. Entonces, no había ninguna normativa ni restricción para volar en zonas como el Centro Histórico o parques nacionales.
Con el paso de los años, en Ecuador, estos artefactos han ido adquiriendo múltiples usos. Hay algunos que miden la temperatura, otros que funcionan para hacer revisiones eléctricas o realizar avistamientos. Pero estas herramientas también han sido utilizadas por la delincuencia, como lo ocurrido en la cárcel de La Roca, en Guayaquil, cuando en septiembre pasado explotó un dron en el techo, causando daños.
En el caso de los incendios, ciertamente no se trataba de un atentado, el experto señaló tres importantes riesgos. El primero es que el movimiento de las hélices, durante el vuelo, podrían haber provocado vientos que avivarían las llamas. El segundo es que podrían haber causado un accidente a los helicópteros que regaban agua en la zona. Y el tercero, distracciones y confusiones a los bomberos o ciudadanos que intentaban aplacar las llamas.
No sucedería lo mismo si fueran otras emergencias, detalló Uribe. Por ejemplo, cuando ocurrió el aluvión en La Comuna y en La Gasca, en el norte de Quito, los drones fueron de mucha utilidad, no solo para dimensionar la magnitud e identificar el origen del alud, sino también para divisar dónde estaba víctimas atrapadas entre las piedras y el lodo.
¿Qué dice la normativa?
Hay espacios aéreos estratégicos en la ciudad donde hay inhibidores. En el Centro Histórico no es permitido volar el artefacto sin autorización, así como sobre el Palacio de Carondelet. Para ello, es necesario un permiso, explicó Uribe. Pero también consta en el reglamento para la Operación de Sistemas de Aeronaves Pilotadas a Distancia, emitido por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).
En uno de sus numerales detalla que no se pueden operar los drones en zonas prohibidas, zonas restringidas, zonas intangibles y zonas de seguridad del Estado determinadas por la ley. Tampoco en zonas ocupadas por equipos de emergencia o auxilio, tales como el Cuerpo de Bomberos, hospitales, clínicas, asilos, etc. Mientras que las entidades públicas o privadas competentes según corresponda, tendrán la facultad de aplicar el derecho de inhibición o derribo (tecnología anti-dron) o tomar acciones necesarias, cuando un artefacto incumpla lo señalado en el reglamento.
En otro de los apartados destaca que el propietario o el operador del dron en actividades de trabajos aéreos está en la obligación de responder por los daños causados a terceros, como resultado de sus actividades de vuelo.
Uribe recordó el caso de un medio de comunicación que obtuvo imágenes mientras policías realizaban el levantamiento de un cuerpo, pero, al darse cuenta, obligaron al periodista a borrar el material.
Experiencia piloteando drones
A través del trabajo que Santiago Uribe ha logrado con los drones, en 2018 fue declarado como Embajador Turístico de Ecuador, por el entonces ministro Enrique Ponce de León. No solo eso.
Fue el ganador del ‘Dron Focus Film Festival 2018’, en Dakota del Norte, cuando presentó ‘Mindo, paraíso escondido’, un trabajo del que se enorgullece. Al siguiente año también fue ganador del concurso, pero con el trabajo ‘Galápagos, las islas encantadas’.
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