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Así de desolado se ve actualmente el malecón del Salado, con solo unos pocos clientes que visitan el sitio.JOFFRe Flores / Extra

Desolación en el malecón del Salado: poco comercio y escasos visitantes

Ciudadanos dicen que el sitio ya no ofrece nada nuevo. Dueños de locales pasaron de ganar 900 dólares al día a tan solo 50

Un lugar que antes era ideal para relajarse después de la jornada laboral o al salir de clases en la ‘U’, hoy luce casi desértico. El malecón del Salado, que alguna vez vibró con la energía de jóvenes y familias junto al estero Salado, va perdiendo su brillo y su esencia de punto de encuentro.

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Mientras tanto, el malecón Simón Bolívar, o 2000 como también se lo conoce, sigue abarrotado, marcando un contraste evidente. En los últimos meses, la diferencia se ha acentuado: varios locales cerraron y los pocos que quedan solo abren unas horas en la noche.

“Lo uso solo para cortar camino. Ya no hay nada novedoso y casi siempre está cerrado”, dice Luis Arízaga, quien trabaja en la zona. De más de 10 restobares, apenas la mitad operan. Aunque el sitio luce limpio, ya no atrae ni siquiera a estudiantes de la Universidad de Guayaquil, que está muy cerca.

Visitantes añoran su pasado vibrante. “Las aguas danzarinas eran un gran atractivo. Ahora solo hay agua estancada de lluvia”, recuerda Gabriel Sandoval. “Había arte, karaoke y vida a cualquier hora. El Municipio prometió recuperarlo desde el año pasado, pero poco o nada se ha logrado. El sitio está muerto”, lamenta.

Áreas del malecón del Salado lucen pulcras pese a la baja fluencia de visitantes.JOFFRe Flores / Extra

Comercio no mejora en el malecón del Salado en 2025

Los comerciantes han sido los más golpeados: pasaron de facturar 900 dólares diarios a apenas 50. “Antes el negocio era muy bueno, pero ahora no alcanza ni para pagar lo esencial. Por eso muchos han abandonado los locales”, revela Francisco Zavala, propietario de uno de esos espacios.

Donde antes había tiendas y restaurantes, ahora solo quedan bancas vacías y juegos mecánicos sin niños. La Bota, con sus obras de teatro, es lo poco que aún genera movimiento, pero cada vez con menos público.

“Al inicio fue un boom, pero cada vez hay menos visitantes. El malecón del Salado tiene todo para ser turístico, pero lo han dejado abandonado”, comenta un teatrero de este lugar que prefirió no identificarse por miedo a represalias. “Aquí mismo había más locales y hasta una o dos discotecas, pero todas fracasaron”.

EXTRA pidió una entrevista a la Fundación Malecón 2000 sobre futuros proyectos, pero hasta el cierre de este artículo no se obtuvo respuesta.

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