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El morador ‘combatiente’ cortó un pingo que tenía en su casa y lo convirtió en su ‘espada’ para luchar.ANGELO CHAMBA

Ciudadanos, en el centro de Quito, se defienden de la delincuencia 

Un morador relata cómo es vivir en constante peligro por las agresiones de sus vecinos, quienes, al parecer, estarían dedicados a la venta de drogas.

Viven en el mismo sector, pero son enemigos. Caminan por la misma acera, sin embargo, cuando se cruzan intercambian miradas con rabia esperando al mínimo estímulo para iniciar otra batalla campal.

Se trata del barrio Yaguachi Alto, ubicado en el centro de Quito. Esta zona es una invasión donde residen más de 60 familias que viven en constante conflicto por la venta de droga y la delincuencia.

Carlos A. es el líder de un bando. Él y sus compañeros de ‘batalla’ se ubican en la parte inferior de unas escalinatas con el fin de que no suban los consumidores de estupefacientes hasta donde se encuentran los presuntos expendedores de ‘bazuco’.

Carlos cuenta que son más de 15 años que lidian con sus vecinos. Según él, sus contrarios también se dedican a la cachinería y al robo de personas.

Por esta razón, desde inicios de mayo pasado, él decidió enfrentarse a los ‘brujos’. Agarró un pingo y lo convirtió en su instrumento de defensa. Luego conversó con sus vecinos para que lo apoyaran. Ellos también se amaron con bates, tubos y piedras. Listos para combatir.

"En la segunda pelea también resultaron heridos varios agentes”,Carlos A., morador.

Hasta la fecha se han protagonizado tres grescas en las gradas que dividen a ambos grupos. Solo en la primera ocasión la Policía pudo controlar a moradores y expendedores de drogas.

En las otras dos no hubo suficiente personal para disuadir la agresión.

El mayor Santiago Luna indicó que se han activado botones de pánico para que los moradores puedan alertar cuando ocurran problemas. También crearon un chat comunitario para mantenerse informados.

“Hemos acompañado a los vecinos para que pongan la denuncia en la Policía Judicial”, comentó.

Sin embargo, Carlos dijo que sus rivales se valen de otras artimañas para persuadirlos y meterles miedo.

Según el morador, una mujer llamada Mayra, quien presuntamente pertenece a la banda de las ‘María Luisas’, amenazó a varios vecinos y también los amedrentó en los puestos de venta ambulante donde trabajan. “Dijeron que nos va a matar y a quemar las casas”, dijo una mujer que prefirió no identificarse.

Unos individuos cubiertos el rostro se asomaron al final de las escalinatas.ANGELO CHAMBA

ATRINCHERADOS

En vista de que no existe un guardia de seguridad y que la Policía no puede estar presente todo el día, Carlos decidió encabezar la lucha.

Todos los días, cuando regresa de su trabajo, a las 19:00, hace sonar una sirena que inicia el turno de vigilancia.

Jóvenes y madres alistan sus ‘armamentos’, se encapuchan y salen a rondar por las calles Huasares y Alhajuela para que ningún consumidor ni expendedor pase por la zona.

Como un oficial en la guerra, Carlos les da las coordenadas y misiones que deben seguir. Él mismo se para en la entrada de las escalinatas para prohibir el paso. Pero no es fácil, él también siente miedo. “Temo por mi familia. Solo Dios sabrá cuándo tendré que irme. Mientras tanto, lucharé hasta el fin”.

Las unidades de investigación están tras la pista de los sospechosos”.
Santiago Luna, mayor de Policía

El tercer ‘round’ fue el más agresivo

Hace dos semanas se desarrolló el tercer enfrentamiento entre los vecinos y los supuestos ‘brujos’. En esta ocasión, los últimos lograron invadir el sector que resguarda Carlos.

La pelea duró más de 10 minutos y una de las vecinas terminó golpeada en el suelo.

La mujer no quiere pronunciarse al respecto por miedo a represalias de sus atacantes.

A una mujer la golpearon en el suelo.Captura de vídeo