El general Carlos Céspedes, de la Policía Nacional del Perú, confirmó lo que EXTRA había informado dos días después del asesinato del candidato presidencial Fernando Alcibiades Villavicencio Valencia: que el crimen había sido cometido con un arma que tenía la capacidad de ejecutar disparos a larga distancia. 

Don Villa, como era conocido el también periodista y exasambleísta, fue atacado luego de un mitin político la tarde del 9 de agosto de 2023, a pocos metros de la intersección de las avenidas Gaspar de Villarroel y Amazonas, en el norte de Quito.

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El arma utilizada, según la información revelada por el oficial extranjero, fue un fusil AR-15 que había sido importado de Perú y estaba registrado legalmente en ese país, por lo que contaba con su propia ‘identidad peruana’. 

La adquisición de esta carabina semiautomática había tenido dos posibles propósitos: uso deportivo y caza. Sin embargo, terminó en las manos de una facción del grupo de delincuencia organizada Los Lobos, pues esta banda (ahora considerada terrorista) estuvo a cargo de matar a Villavicencio.

Según documentos a los que accedió EXTRA, esta célula delictiva estaba al mando de Laura Castillo, una de las personas procesadas, pero la fiscal general del Estado, Diana Salazar, fue más allá y dijo públicamente que Fabricio Colón Pico (líder de Los Lobos en Pichincha) fue quien recibió la misión de acabar con la vida de don Villa, al igual que con la de ella.

La funcionaria habría obtenido estos datos de la información extraída de los celulares del narcotraficante Leandro Norero, asesinado en la cárcel de Latacunga el 3 de octubre de 2022, pero no es la única que ha hecho esta vinculación. José Serrano, quien fue ministro del Interior en el gobierno de Rafael Correa, también dijo en una entrevista que “Laura Castillo fraguó el asesinato de Villavicencio. Ella es la operadora de Colón Pico, el jefe de Los Lobos en Pichincha y al norte de Ecuador”.

Tras el asesinato de Villavicencio, fuentes policiales revelaron a EXTRA que, a pesar de que en la escena del crimen se hallaron 64 indicios de proyectiles, solo uno alcanzó a impactar a la víctima. Ese ‘pepazo’, identificado como tiro a larga distancia, ocasionó daños severos en el cráneo de Fernando Villavicencio. 

Según la información divulgada por medios de comunicación peruanos, el fusil AR-15 con el que fue asesinado el presidenciable tendría un alcance de 400 a 600 metros. Por ese motivo también sería empleado en competencias de tiro, lo que ha hecho que en el vecino país puedan adquirirlo sin problemas quienes cuenten con los permisos legales.

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El general Céspedes dijo además que la dinámica del tráfico de armas de fuego ha cambiado en los últimos años, debido a que se han registrado algunos casos que demuestran que Ecuador recibe armamento desde Perú. Antes, según el oficial, ocurría lo contrario.

Tras la muerte de Villavicencio hubo trece procesados, pues pocas horas después del crimen ‘cayeron’ seis presuntos ‘gatilleros’ colombianos y en el mes siguiente fueron atrapados otros siete, el 8 de septiembre. 

En este último grupo se encontraba Laura Castillo, quien además es una de las detenidas que sobreviven en este caso, pues siete fueron asesinados. Los seis primeros vinculados fueron eliminados el 6 de octubre de 2023 en la antigua Penitenciaría del Litoral, de Guayaquil. Y al día siguiente se ‘bajaron’ a uno más, posiblemente envenenado, en la cárcel de El Inca, en Quito.

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Además de Castillo, los demás sobrevivientes son Óscar Fierro, Alexandra Chimbo, Alfonso Flores (colombiano), Erick Ramírez y Carlos Angulo. Ellos tienen que presentarse este martes 6 de febrero de 2024, a partir de las 09:30, a la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio, por el asesinato del candidato presidencial. En esta diligencia se decidirá si ellos pasan a la siguiente etapa del caso: el juzgamiento.

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