Encuentran dos lotes de atún y sardina con un nivel alto de arsénico. La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) realizó un análisis a enlatados.

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Esta acción busca particularmente que estos alimentos procesados no contengan metales pesados en su composición. Revisaron 13 tipos de productos de las marcas: Isabel (6), Cardinal (3), Manabí (1), Montecristi (1), Yali (1) y Más ahorro (1).

El comunicado de la entidad señala que luego de las respectivas pruebas en los laboratorios de referencia y organismos evaluadores de la calidad (OEC) de ARCSA, se evidenció que 11 lotes de estos productos enlatados cumplen las condiciones de inocuidad para su consumo, y dos lotes presentaron parámetros elevados de arsénico, por lo que se sugiere a los ciudadanos prevenir su consumo.

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En el caso de la marca Isabel se analizaron seis lotes. Solo el atún Isabel claro en aceite de oliva, lote L24-162-OBV elaborado el 10 de junio de 2024 y sardinas en salsa de tomate Isabel, lote 23-345-3S, elaborado el 13 de junio de 2024 son los productos que presentaron elevados de arsénico, según ARCSA.

ARCSA dispuso a los titulares de las empresas con parámetros fuera de rango, el retiro inmediato de los lotes específicos de estos productos, e insta a los ciudadanos que hubieran adquirido estos productos hacer la verificación correspondiente sobre los lotes alertados.

Diario EXTRA envió un correo a la empresa que produce atún y sardina Isabel, mediante su página de la Web, para que indiquen su punto de vista sobre la publicación de ARCSA, pero hasta el cierre de este artículo no se recibió una respuesta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la exposición prolongada al arsénico a través del consumo de agua y alimentos contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a enfermedades cardiovasculares y diabetes. La exposición intrauterina y en la primera infancia se ha relacionado con efectos negativos en el desarrollo cognitivo y un aumento de la mortalidad en jóvenes adultos.

Los primeros síntomas de la exposición prolongada a altos niveles de arsénico inorgánico (por ejemplo, a través del consumo de agua y alimentos contaminados) se observan generalmente en la piel e incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis). Estos efectos se producen tras una exposición mínima de aproximadamente cinco años y pueden ser precursores de cáncer de piel, indica la OMS.

Además de cáncer de piel, la exposición prolongada al arsénico también puede causar cáncer de vejiga y de pulmón. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado el arsénico y los compuestos de arsénico como cancerígenos para los seres humanos; también ha declarado cancerígeno el arsénico presente en el agua de bebida.

Entre los demás efectos perjudiciales para la salud que se pueden asociar a la ingesta prolongada de arsénico cabe señalar problemas relacionados con el desarrollo, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares. En particular, los infartos de miocardio inducidos por el arsénico pueden suponer una importante causa de aumento de la mortalidad.

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