La situación energética en Ecuador sigue siendo crítica y podría extenderse hasta abril de 2025, según un informe emitido por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) en septiembre. La emergencia eléctrica es resultado de la sequía más severa en 61 años, lo que ha comprometido la capacidad de generación eléctrica del país.

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El informe de Celec advierte que, incluso con la infraestructura actual, las plantas proyectadas y las máximas importaciones posibles de electricidad, no se puede garantizar el suministro eléctrico en el sistema nacional interconectado. Esto podría generar cortes de energía desde octubre de 2024 hasta marzo o incluso abril de 2025.

Para mitigar este escenario, el país dependerá de las importaciones de electricidad hasta su capacidad máxima. Además, se requieren recursos financieros para cubrir estas necesidades. El Operador Nacional de Electricidad (Cenace) ha señalado que existe un alto riesgo de déficit si no se incorporan medidas adicionales, como generación termoeléctrica y otras acciones estratégicas.

El Sistema Nacional Interconectado necesita incorporar urgentemente 1,080 megavatios para cubrir la demanda. Este incremento no solo reduciría el riesgo de apagones, sino que permitiría el mantenimiento adecuado de las plantas y líneas de transmisión, además de fortalecer las reservas de energía. Esto también incluye la central Coca Codo Sinclair, que enfrenta problemas debido a altos niveles de sedimentos en el río.

Los apagones ya han afectado a varias provincias del país con cortes de hasta 10 horas diarias, excluyendo a Galápagos. En este contexto, el ministro de Energía, Antonio Goncalves, renunció, siendo reemplazado temporalmente por la ministra de Ambiente, Inés Manzano.

El Gobierno, por su parte, ha lanzado dos procesos de adquisición de 160 megavatios de energía térmica, como parte de un plan emergente que busca añadir hasta 800 megavatios al sistema energético nacional en plena crisis.

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