Tres días han pasado desde el fatal accidente de tránsito de la autopista General Rumiñahui, sur de Quito, y la esperanza de vida del jugador Marco Angulo, uno de los cinco afectados, aún es incierto.

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El impacto fue tan brutal que no solo dejó dos muertos, sino que al futbolista de Liga de Quito le destrozó tres partes de su cuerpo: el cráneo, el tórax y la pelvis. “El auto debió ir, al menos, a unos 140 kilómetros por hora para causar los daños de los que se ha hablado”, detalla Leonardo Armas, ingeniero en mecánica y piloto profesional (ver infografía).

Pero en el aspecto médico, Angulo enfrenta un desafío bastante complejo. Esto, porque su cerebro fue el más dañado, según los galenos: tuvo una hemorragia llamada subaracnoide y en partes conocidas como la subdural.

Dayana Tapia, especializada en Medicina general, detalla que una hemorragia subaracnoide es un sangrado cerebral que tuvo que ser contenido con cirugía. “El objetivo fue descomprimir el cerebro para que pueda recobrar sus funciones normales”.

La expectativa de vida es relativa. Hay personas que se han recuperado al cien por ciento, pero al ser un caso muy traumático el nivel es bajo. “Por eso lo tienen sedado para que su cerebro se desinflame”.

Tapia agrega que pueden quedar secuelas, como disminución en la función muscular, en el habla y en el desarrollo del pensamiento. Incluso, puede haber parálisis cerebral y, en el peor de los casos, el deportista podría quedar en estado vegetativo. “Las secuelas menos graves podrían ser dolores de cabeza o mareos”.

En cuanto al tiempo de recuperación, la galena dice que puede tardarse días, semanas o meses. Pero si la situación es grave, podría tomar años en una recuperación óptima, dependiendo de la evolución médica del jugador.

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Patricia Barberis, doctora especializada en el área neurológica, también analizó para EXTRA el cuadro clínico de Angulo y ratificó lo que dijeron los galenos tratantes: es bastante delicado y con un pronóstico reservado, al presentar un politraumatismo con afectación multiorgánica.

“Con respecto al edema cerebral y a la hemorragia subdural que presentó el jugador, las secuelas dependerán con base a la rapidez de la intervención que recibió”, explica. Es decir, que si la atención fue oportuna, Angulo podría tener déficits menores, pero de lo contrario podría incluso sufrir discapacidades significativas: pueden ser motoras y cognitivas.

“Pero vale enfatizar que todo representa una sola unidad. Esto es que al descompensarse otro órgano puede existir afectación subsecuente del cerebro por sangrados masivos, por daños del sistema respiratorio, etc.”. Por eso, para la doctora Barberis es difícil determinar específicamente las secuelas neurológicas que tendrá el paciente.

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