La asambleísta Nathalie Viteri no se hace la exquisita a la hora de vestir. Aunque, por lo general, su look es bastante formal, los tenis y las playeras de bandas de rock también forman parte de su atuendo. “Solo me fijo en que la ropa me vaya bien. La marca no me importa… Tengo camisetas de cinco dólares”, revela la legisladora del Partido Social Cristiano.

Esta semana, Viteri se lució en la ‘pasarela politiquera’ del Legislativo. Un vestido beige acompañado de unos botines le dieron un aire de diva que combinó a la perfección con su paso elegante por las oficinas del edificio parlamentario.

El diseñador Luis Tippán asegura que un traje camisero siempre “ayuda a mostrar estilo y elegancia”. Sin embargo, para él, los zapatos de Viteri “no contribuyen a completar una buena tenida”. A la experta en moda Teresa Valencia también le gusta el vestido de la joven política, pero lo ve un poco apretado.

Cada vez que Viteri deja Guayaquil para cumplir con las sesiones en la capital, ella se pone un vestido elegante y se calza un par de zapatillas. “Cuando llego uso los tacos. Al regreso ya voy en calentador”, dice. Sin embargo, algo que no puede faltar en su outfit son los accesorios: collares, pulseras relojes y sus favoritos, los prendedores.

“Tengo una mariposa lila que me dio mi mamá, me encanta”, refiere la asambleísta, quien se define como una mujer con carácter. Cuando debe ser seria, lo es, pero también le gusta mostrarse con chispa y alegría.

Un tema que llama la atención en Viteri son los 11 tatuajes que se distribuyen por su cuerpo. El primero se lo hizo hace 17 años y es un cuervo. En realidad tiene varios de esa ave. Esto se debe a que el apellido de su esposo es Crow (cuervo en inglés). A él le ‘roba’ las corbatas que, en ocasiones, también forman parte de su vestimenta.

En ella los tatuajes se ven elegantes y acompañan su ‘pinta’ de mujer valiente. La parlamentaria es experta en kick boxing y boxeo.

Ronny Aleaga: amante del Ídolo y la comodidad

Casi siempre, el asambleísta Ronny Aleaga viste de etiqueta, sobre todo cuando hay sesión de parlamentarios. Sin embargo, para las reuniones con la gente, luce un look mucho más informal. Esta semana, Aleaga recorrió los salones de la Asamblea Nacional con una camisa azul marino, un pantalón vino tinto y zapatos marrones. “Yo soy de los que coge lo que encuentra, pero esta vez sí me sugirieron lo colores”, explica.

Su objetivo era verse más informal para que los mandantes lo reconozcan como un igual. “Soy un joven de 37 años que quiere darles confianza”, describe.

Aunque en el congreso su camiseta del Barcelona está vetada, Aleaga cuenta que es uno de sus outfits favoritos. “Es sencillez, la mayoría del Ecuador es de Barcelona, cuando no nos queda nada está el equipo amarillo. Ese que en medio de una pandemia salió campeón”.

El parlamentario cuenta que tiene bien arraigadas las costumbres ecuatorianas. Es de los que va a buscar encebollado en olla para que le “den la yapa”.

En su atuendo descomplicado, las pulseras no pueden faltar. Se las hizo su mamá, la una tienen un ancla, en honor a la empresa pesquera que dirigía; otra es azul, y la última dorada con un crucifijo. “La gente pensará que es oro, pero es de elástico con cuentas”.

Johanna Moreira, empoderada y juvenil

En Quito, Johanna Moreira, asambleísta por la Izquierda Democrática, ‘muere’ de calor. Los vestidos son sus favoritos a la hora de desfilar por el Palacio Legislativo y, aunque en las sesiones se la ve con tacones altos, en su oficina se pone un calzado más cómodo. “La sencillez destaca el buen gusto. Apostó por un buen calzado”, dice Luis Tippán. Sin embargo, el patrón del vestido no es el mejor para su figura, agrega.

La asambleísta es amante de los tatuajes. Tiene siete. La mayoría en gama de grises, a diferencia de un corazón naranja en honor al partido que representa.

Sin embargo, son dos los más significativos para la parlamentaria. Un símbolo del género femenino y el nombre de una canción de la banda mexicana Reik. ‘Noviembre sin ti’ está escrito en su brazo. “Mi papá murió hace un año y le gustaba mucho esa canción porque a mí también”, relata.

Ella es una de las asambleístas más jóvenes y quiere mostrar a la gente que se puede ser muy profesional, sin tanto protocolo. El no perder su esencia también es parte fundamental del estilo de la parlamentaria y su enfoque de género algo que no puede olvidar. “Me decían: en campaña no digas eso, no a todos les va gustar, pero yo igual lo hacía y hasta mi tatuaje me lo recuerda”, revela.

Ricardo Vanegas, el elegante

Con sombrero, bastón y guantes se pasea por el Legislativo Ricardo Vanegas. Una buena corbata es lo que jamás puede faltar en su atuendo. Tiene más de cien e intenta combinarlas con sus trajes estilizados. El azul es su color favorito, pero también opta por el negro y el gris. No le gustan los colores claros, menciona. Es su esposa quien le ayuda a hacer juegos: corbata, terno, pañuelo y prendedor.

El legislador por Pachakutik lleva a su bancada hasta en los accesorios. La manilla de su reloj y hasta el estuche de su celular tienen los colores del arcoíris. Sin embargo, Vanegas asegura que su corazón es azul eléctrico como Emelec. Cuando era un muchacho apostaba con su hermano gemelo, Héctor, en los partidos del clásico. “Como todo joven, no teníamos mucho dinero. Así que apostábamos dulces o cosas así”, cuenta.

Celestino Chumpi, orgullo amazónico

Otro representante de Pachakutik que desfila por la alfombra roja de la Asamblea con su indumentaria amazónica es Celestino Chumpi. No le gustan los ternos ni si quiera en su faceta como abogado. “No me verán jamás encorbatado”, confiesa. Es por eso que su ‘pinta’ más elegante es una camisa blanca con bordados representativos. Por un lado, la bandera de Morona Santiago, y por el otro, la de su partido político. En el centro un collar de ‘mullos’ que adorna la prenda. En su outfit no hay más de 45 dólares, señala. “El pantalón me costó 15 y la blusa es bordada por los artesanos de mi tierra. Pagué 30 dólares”, agrega.

En casa no muestra tanto caché. Chumpi se considera un hombre de campo con machete en mano. Cuando no está en la Asamblea, se dedica a las labores de agricultura.

“Yo soy un hombre humilde, proveniente de la comunidad de Gualaquiza. Soy excombatiente del Cenepa”, explica.

Elías Jachero, desfile de mascarillas

Para el asambleísta Elías Jachero, la Asamblea es la oportunidad perfecta pala lucir los paisajes del Puyo. Lo hace con una veintena de mascarillas capaces de resumir la biodiversidad, la interculturalidad y la gastronomía local. El objetivo de Jachero, además de darle un toque fashion a su look de pandemia, es incentivar el turismo, que es una de las áreas más afectadas por la crisis sanitaria. Él asegura que el chuchuguazo, una bebida elaborada con 21 tipos de plantas; las 7 nacionalidades indígenas del lugar y el maito se han ganado un espacio en sus cubrebocas porque significan mucho para su tierra. “Sí, trato de combinar los colores con la ropa que me pongo... También se las regalo a los compañeros para que disfruten de la Amazonía y luzcan bien”, concluye.