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Escándalo: ¡Supuesto acoso sexual en el deporte paralímpico ecuatoriano!
La Fiscalía investiga la denuncia que pesa sobre un entrenador y director técnico de la FEDEPDIF durante los Juegos Parapanamericanos 2023
Lo que en inicio debía ser uno de los acontecimientos más importantes en su carrera deportiva, se convirtió en una pesadilla para Mayra (nombre protegido). A pocos días de cumplir la mayoría de edad, en noviembre del año pasado, asistió a sus primeros Juegos Parapanamericanos que se desarrollaron en Santiago de Chile, por lo que la FEDEPDIF (Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Física) le asignó un tutor. Sin embargo, lo que ni ella ni sus padres imaginaron fue que quien debía cuidarla, acabó convirtiéndola en víctima de un supuesto acoso sexual.
Sin ahondar en detalles sobre el episodio, la madre de Mayra cuenta a EXTRA lo que habría vivido su hija: “Fue acoso verbal, con insinuación a que exista algo físico. Ahí es cuando mi hija se asusta, le dice que basta, sale corriendo, y ahí empezaron las malas vistas (ignorarla). Mi hija se quedó ya sola, ella se quería regresar”. ¿Como ocurrió el hecho?
¿Cómo ocurrió el hecho?
Según relata a este medio Santiago Chango, jefe de misión de la delegación parapanamericana y encargado de emitir el informe sobre el caso, el hecho se habría dado cuando la deportista fue junto a su compañera de habitación a un entrenamiento de atletismo, tras haber concluido el trabajo en su deporte. En esa sesión, donde se preparaban un grupo de atletas, Oscar M., quien se desempeñaba como entrenador y director técnico de FEDEPDIF, habría acosado a la joven con lenguaje sexual explícito.
Si bien la deportista no denunció el hecho de manera inmediata, sí le contó a algunos de sus compañeros más cercanos y a su novio, quien casualmente asistió a los Juegos con la delegación argentina y estaba acompañado por sus padres. Incluso fueron estos últimos quienes le insistieron a Mayra que debía contarle a sus padres. “Gracias a ellos es que mi hija tomó el valor de hablar, porque tenía miedo por alguna represalia o amenaza; entonces me llamó y me contó”, recuerda la madre.
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Fue entonces que en Ecuador, los progenitores pusieron la denuncia en la Fiscalía y, en un documento, comunicaron el relato de su hija a FEDEPDIF, Comité Paralímpico, Ministerio del Deporte y Consejo Nacional Para la Igualdad de Discapacidades (CONADIS). Este último organismo apresuró la activación del protocolo de protección a víctimas de violencia de género, comunicando directamente a los encargados de la delegación ecuatoriana en Chile.
Según Chango, al momento que conocieron el caso la deportista fue aislada del supuesto acosador y pasó a estar acompañada por dos personas de la delegación hasta su retorno al país. Una de ellas, la psicóloga Daniela Arévalo, acompañó a la deportista, que para entonces ya había cumplido la mayoría de edad, por lo que presentó la denuncia formalmente en Chile. Además, con la intervención del Consulado de Ecuador en ese país, la Fiscalía chilena inició un proceso de indagación previa.
El denunciado se dio a la fuga
Mientras esto sucedía, aparentemente alguien puso en aviso a Oscar M., quien abandonó la concentración y voló de regreso a Ecuador. El Comité Paralímpico se enteró de la ausencia a través de un correo electrónico, donde el hombre argumentó un quebranto en la salud de su madre como justificación del abandono repentino de sus funciones.
A los pocos días, Mayra ya compitió en su deporte, pero los tiempos fueron muy alejados de sus mejores marcas; luego regresó al país. A decir de la madre, la deportista salió sola del aeropuerto, ya que en Ecuador nadie le entregó a su hija. El abrazo al llegar fue doloroso, pues iniciaban una batalla psicológica que siguen peleando hasta hoy. Y no solo eso, sino que acabaron en un juzgado siendo ellos los acusados, dijo.
“Era muy difícil abrirnos (hablar), y sigue siéndolo, porque desde todos lados nos decían que cuidado con lo que se diga, que está en juego el nombre de mi hija, que es un tema sexual; que las cosas se pueden dar la vuelta y acabar siendo él la víctima. Desde el principio ya teníamos esa presión”, recuerda la progenitora.
Las palabras de la mujer se cumplieron cuando Oscar M. presentó una demanda por daños a la honra contra los padres de Mayra. Entonces debieron incurrir en gastos legales para defenderse en dos audiencias en las que los jueces desestimaron de forma unánime la acusación del entrenador, dando por cerrado el caso.
El miedo llegó para quedarse
Hoy la madre rompe en llanto al revivir la angustia de aquellos días: “En los primeros meses, ella (Mayra) salía a la calle y si veía alguien parecido, era como una niña chiquita, se escondía y lloraba. A la par de eso nosotros enfrentábamos el proceso legal. Yo tengo un bebé de dos años y pensaba en él, que podía dejarlo solo, porque podía irme a la cárcel por culpa de un infeliz”.
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Actualmente Mayra y su madre solo piden que las cosas cambien en el deporte y que puedan estar seguros de quienes rodean a sus hijos cuando salen a entrenar o a competir. La joven mantiene todavía sus terapias psicológicas con dos especialistas y de a poco ha ido procesando lo sucedido, llegando incluso a notar otro episodio previo: “Un mes antes de los Juegos, esta persona nos recomendó una preparación física para mi hija, nosotros accedimos porque no vimos ninguna malicia en eso. Ahora mi hija nos comenta que él le había pedido que vaya con ropa deportiva más corta. Ella cuenta que se sintió muy incómoda porque mientras le tocaba el cuello y el hombro, le decía que mire las piernas de otra compañera, que debía ser así”.
Falta de acción en el caso
Por el supuesto acoso, Oscar M. no tuvo ninguna consecuencia a nivel deportivo. Él siguió trabajando con normalidad con deportistas dentro de sus funciones como entrenador de atletismo y director técnico de Fedepdif en los meses posteriores, hasta dejar el país en mayo de este año.
Sobre esto, Daniel Hermoza, presidente de ese organismo deportivo, no es concreto. “La Fiscalía es la que está investigando, entonces yo no tengo nada que ver ahí”, dijo inicialmente al ser consultado por este medio. Sin embargo, después señaló que, por recomendación de los abogados, el profesional no podía ser despedido, aunque “ya está separado de la federación”.
Cuestionando respecto al apoyo a la deportista y su familia, respondió: “¿Qué ayuda les podía dar si ellos hicieron todo por su lado? Yo me enteré a los ocho días de lo que había pasado. Yo los convoqué a una reunión y no vinieron, hicieron cosas que no deben con el Comité Paralímpico para acusar a una persona, y cuando tienen que venir, no lo hacen”, argumentó.
La familia desmiente que no hayan hablado con él. De hecho, el padre de Mayra recuerda una conversación en la que el dirigente le dijo que no sabía cómo ayudarlos. Tampoco hubo respaldo directo del Comité Paralímpico, pues apenas la semana pasada retomaron el contacto con ese organismo, que explicó que no tuvo implicación en el caso por cuestión de competencia, pues la deportista no pertenece al Alto Rendimiento, en donde ellos sí tienen margen de acción.
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En el Ministerio del Deporte, la familia llegó hasta Andrés Guschmer, director de la cartera de Estado, quien recibió en su despacho a la progenitora y le aseguró que insistiría para que el caso no quedé sin resolverse. Dicho esto, se encuentran actualmente realizando acompañamiento legal ante la Fiscalía General del Estado, que no puede entregar mayores detalles al encontrarse en curso la causa legal.
Pese a todo, los padres de Mayra sienten que las acciones no han sido rápidas y que no han sido escuchados ni siquiera en los aspectos deportivos, pues antes de los Juegos les habían informado que su hija entraba en la fase de proyección al Alto Rendimiento, pero no logran saber hasta hoy qué conlleva eso. Además, en la última competencia nacional en junio, en Guayaquil, volvieron a evidenciar que los deportistas no cuentan con acompañamiento adecuado cuando están en estas concentraciones.
Investigación de extorsión en marcha
Tras el suceso con Mayra, sobre el entrenador Oscar M. recayó otra denuncia muy grave, por supuesta extorsión a la deportista Estefany López, que estará en los Juegos Paralímpicos de París, a quien él entrenaba y le habría solicitado mensualmente una parte del pago que recibe dentro del Plan de Alto Rendimiento.
De este caso sí ha existido un acompañamiento legal por parte del Comité Paralímpico, pues son los encargados directos de los deportistas de ese grupo. Chango cuenta a este medio que actualmente el caso se encuentra estancado, pues no se conoce el paradero del acusado para enviarle las notificaciones. Sin embargo, existen respaldos de movimientos bancarios que demostrarían que durante al menos tres años la deportista le pagó un ´diezmo´ a su entrenador.
“Ahora que ella tiene más cercanía con nosotros, le consultamos porque no denunció esto antes y nos respondió que era porque sentía miedo”, detalla Chango, a la vez que aporta que la deportista se encuentra con acompañamiento psicológico y que desde el momento en que conocieron este hecho le designaron otro entrenador.
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