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Quito

La Plaza San Francisco se llenó de feligreses durante la misa campal.Karina Defas

Domingo de ramos: rezaron por Alausí

En las plegarias de los fieles estuvieron los caídos por el deslizamiento hace una semana. Se inició la programación de la Semana Mayor en la capital

Los atados de hierbas y hojas de palma dieron el inicio a la Semana Santa en el Centro Histórico de Quito. Una procesión recorrió las calles con banda musical y el rezo del rosario.

Sin embargo, no solo se hicieron agradecimientos y peticiones personales a Jesús y a la Virgen. Esta vez las plegarias estaban dirigidas a pedir por quienes no estaban presentes: los afectados de Alausí, Chimborazo.

Hace una semana, el país se estremecía al ver la magnitud del deslizamiento de tierra ocurrido en la zona de Nuevo Alausí. “Es una de las intenciones que se pondrán en la misa” comentó el padre Jaime Shindón, uno de los sacerdotes miembros de la organización.

En cuanto el párroco pidió oraciones para ese cantón, muchos agitaron los ramos. “No me puedo imaginar perder a mi familia de esa forma. Que Dios les dé mucha fortaleza”, susurró una mujer de la tercera edad.

EL RECORRIDO

La procesión arrancó en la Basílica del Voto Nacional y avanzó hacia la iglesia de San Francisco. Allí se dispusieron 60 policías para salvaguardar a los feligreses. El coronel Patricio Vargas informó que también hubo agentes de inteligencia vestidos de civil. “Ellos identifican a las personas sospechosas y nos notifican”, explicó.

La procesión recorrió las calles del Centro Histórico de Quito.Karina Defas

En este tipo de eventos el delito que más se registra es el de robo a personas, según Vargas. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo altercados ni cometimiento de delitos.

La banda musical de la Policía Nacional acompañó los rezos de algunas organizaciones de voluntarios religiosos que se ocuparon de la logística de la procesión.

El ciclopaseo se suspendió para no colapsar las vías del casco colonial y hubo cierres de calles con el control de 150 agentes de tránsito.

Finalmente, los devotos llegaron a San Francisco para una misa campal y la bendición de los ramos.

De nuevo las plegarias para quienes sufren en Alausí: “Nuestra respuesta como católicos debe ser la solidaridad”, sentenció el sacerdote que presidía el ritual.