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¡Paz con babita! El acuerdo de no más agresiones entre bandas criminales no se dio por escrito
Claudia Garzón, de la Comisión de Pacificación, afirma que el proceso es largo pero posible. Sin embargo, sus colegas recomendaron la creación de un observatorio penitenciario.
No existió un acuerdo de paz firmado. El trato de no más asesinatos ni violencia entre las bandas criminales que operan en los centros carcelarios del país solo fue de palabra y no se dio por escrito.
Así lo reveló la mañana de ayer Claudia Garzón Padilla, una de las integrantes de la comisión de pacificación de las cárceles, quienes desde el 16 de diciembre pasado mantienen diálogos con los líderes de las bandas criminales que operan en Ecuador.
Garzón explicó que las primeras organizaciones en estar de acuerdo con este pacto de paz fueron Los Lobos, Tiguerones, Chone Killers y Latin King, pero que luego se unieron Los Lagartos y R7, y finalmente se sumaron Los Choneros y Águilas.
“Se ha dado un primer paso de voluntades. El proceso que viene es largo pero posible. Esto sigue siendo un diálogo y estamos avanzando. Casi siempre se piensa que el tema de pacificación es la entrega de armas; sin embargo, no podemos pensar en un cese de violencia cuando han existido agresiones. Necesitamos entender que cuando hay un paso de voluntades se minimizan los actos de violencia”, afirmó una de las delegadas de la comisión pacificadora.
Sostuvo que para lograr este acuerdo de paz, las organizaciones criminales pidieron un trato digno para sus familias penitenciarias y acceso a la educación y salud.
“Para este logro les hemos entregado dignidad. Encontramos que era posible una esperanza y crear confianza con las personas privadas de la libertad. Necesitamos dignificar, humanizar y transformar, y se han dado estos pasos. Incluso los pabellones ahora son lugares vivibles; (los sitios) donde ocurrieron las masacres están pintados, no están los rastros de bala, de sangre”, aseguró.
Afirmó que el acuerdo de paz se realizó con los líderes de las organizaciones criminales, algunos presos y otros que aún gozan de libertad. Y aclaró que desafortunadamente el escepticismo hace que se deje de creer en lo que sí se puede hacer.
“Hay situaciones muy complejas, pero encontramos a personas que apuestan por las segundas oportunidades, como también otras que se sienten bien en el confort criminal”, mencionó.
Dos horas después de la intervención de Garzón, los integrantes de la mesa pacificadora presentaron su informe final en la Gobernación del Guayas.
En el documento se recomienda la creación de un observatorio penitenciario conformado por la sociedad civil y varias organizaciones defensoras de los derechos Humanos.
Entre las sugerencias se plantea que dicho organismo reciba apoyo financiero internacional, como por ejemplo de parte de la Unión Europea.