Desde hace 46 años, Quito tiene la categoría de patrimonio de la humanidad, debido a su Centro Histórico, considerado el mejor conservado y menos alterado. Hasta hace poco lo que era motivo de orgullo pasó a ser fuente de ingresos ilegales para quienes se han sustraído diferentes piezas históricas que nunca serán recuperadas, pues en general se las llevan para fundirlas.

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El último robo indignó a los capitalinos, pues los delincuentes “ya no respetan ni la casa de Dios”. Cuatro sujetos se treparon unos 10 metros de pared para llevarse una campana que data de un siglo atrás en el monasterio de El Carmen Bajo.

Luis Velasco tiene un negocio cerca del monasterio y estaba indignado. “Antes no se veían estas cosas, pero ya son varias veces”, dijo refiriéndose a los otros robos ocurridos en semanas anteriores (ver infografía).

Otro morador, quien prefirió omitir su nombre, explicó que en el casco colonial el robo de las piezas patrimoniales son solo una parte de lo que sucede allí. “A las seis de la tarde ya no hay nada abierto por la inseguridad. Esto (el sector) no es ni la sombra de lo que fue”.

Los vecinos solo escucharon el sonido de la campana, pero no lograron divisar cómo se la llevaron. Tampoco se supo cómo ni cuando se llevaron dos hojas de acanto del monumento a la Independencia y menos cuándo se robaron las letras. Todas de bronce.

Esto a pesar de que en febrero de 2021 se anunció la colocación de 2.000 cámaras de seguridad en la zona. “Aquí no funciona nada de eso. Se roban el patrimonio al frente de Carondelet, ahí que todo está vallado y con policías y militares”, reclamó el morador.

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) dijo a EXTRA que no se expondrán los valores de los metales en el mercado negro, “porque ese dato puede ser un incentivo para que sigan robando y agrediendo estos elementos”.

Para Daniele Rocchio, decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad UTE, tampoco es relevante este dato, sino lo que conlleva en la convivencia de los habitantes de la zona. “El patrimonio más allá de los edificios son las dinámicas sociales, el riesgo es que se vayan perdiendo y con ello el sentido de pertenencia de sus habitantes”, explicó.

En este sentido, las pérdidas económicas resultan ser el mal menor. “Sobre todo porque es difícil recuperar una pieza histórica. Se puede recomponer, pero ya no existe una identidad histórica”, agregó.

Las dinámicas sociales han cambiado. Para el experto, lo importante es recuperar la habitabilidad de zonas como el Centro Histórico. Recomienda, por lo tanto, un trabajo en conjunto de todos los actores públicos y privados, incluida la academia. “Los espacios se deben ocupar el mayor tiempo posible. Que haya actividades. En el centro después de la seis de la tarde ya no hay”, finalizó.

El 11 de junio, el Concejo Metropolitano aprobó una resolución que busca conocer dónde están ubicados estos bienes y un plan de mantenimiento. Esto implica que la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) y IMP hagan un levantamiento de información de los monumentos y esculturas que sean parte del inventario nacional, así como el plan para resguardarlo.

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Se estipuló que ambas entidades tenían 60 días para ello, pero no se han hecho públicos dichos informes o se han presentado al Concejo. Lo que sí, es que el IMP informó el inicio de un plan de conservación de 12 de estos elementos. La inversión será de 100.000 dólares.

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