Un grupo de pescadores, con los rostros marcados por la angustia y la desesperación, arribó desde la isla Puná hasta la Gobernación del Guayas, en las calles Malecón e Illingworth, en Guayaquil.

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Hicieron un plantón silencioso y corto en número, pero firme, exigiendo respuestas sobre la desaparición de tres compañeros de la cooperativa Los Puneñitos desde el pasado 5 de agosto.

Después de unos minutos de espera, fueron recibidos por las autoridades municipales, quienes les informaron del trágico destino de sus compañeros: habían sido secuestrados y sus cuerpos fueron hallados sin vida la mañana del 12 de agosto, cerca de Puerto El Morro.

Wilmer Romero, teniente político de la parroquia Puná, salió del encuentro con las autoridades visiblemente desanimado. “Estamos solicitando que se declare un estado de excepción en la isla”, declaró a la prensa.

“La seguridad en la isla Puná debe ser reforzada. Estamos enfrentando serios problemas con grupos de delincuencia organizada (GDO). Tres de nuestros pescadores fueron secuestrados y asesinados”, declaró Romero.

Además, señaló que este incidente es el primero de su tipo en la parroquia. “La isla es pequeña, es una isla de paz, y queremos que esto (la violencia) termine”, concluyó Romero.

El resto de los manifestantes abandonaron apresuradamente la Gobernación, evitando brindar declaraciones a la prensa, por seguridad, dijeron. Uno de ellos, con voz temblorosa y pidiendo el anonimato, confesó a EXTRA: “Tenemos miedo. ¿Cómo podemos hablar si después pueden venir por nosotros?”.

Pensilvania y Le So Gen fueron las embarcaciones que desaparecieron junto con los pescadores.

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