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Por apagones, hogares y negocios sufren debido a la descomposición rápida de alimentosMiguel Canales

¿Qué enfermedades guardan relación con los cortes de energía? Esto dice una especialista

La gastroenteróloga explica que las bacterias generadas pueden causar afectaciones crónicas. En los restaurantes ya se ofrece jugo de sobre

A Jovita Valero le ‘dolió’ tener que botar más de dos libras de carne de pollo recién compradas y fileteadas porque tenían un olor y sabor raros. “¡Qué desperdicio de plata!”, dijo indignada.

La situación de la que ella se queja es la misma por la que atraviesan la mayoría de las familias del país que no cuentan con un generador de energía en su hogar, pues los alimentos han ido directo al tacho de la basura debido a la falta de refrigeración necesaria.

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Según Jovita, las pechugas habían sido compradas apenas dos días antes del momento en el que notó que ya no serdvían. Ella, por problemas de movilidad, recurre a hacer compras anticipadas para abastecerse de lo necesario y preparar la comida para su familia. Sin embargo, asegura que no comprará más de esa manera hasta que el suministro de energía sea estable.

“No tenía mucha hambre y freí un pedazo pequeño de pollo, pero al darle el primer mordisco, boté hasta lo que tenía en la boca. No me quiero imaginar si alguien se lo comía sin notar que ya estaba dañado: hubiéramos terminado enfermos”, asegura.

Al igual que Jovita, Angélica Vargas, dependiente de un negocio de venta de comidas del mar ubicado en la calle Manuel Rendón Seminario, en la ciudadela Quisquís, está desesperada ante los racionamientos pasados y los que todavía están por llegar. “No sé cuánto tiempo más aguantaremos. Todo se daña, nada se puede guardar y estamos produciendo todo a la mitad”, comenta.

Los comedores de la Quisquis no tienen energía en las horas previas al almuerzo.CARLOS KLINGER

Los platillos de los que ella, junto con otros colaboradores, se encargan incluyen mariscos. En su menú dofrecen encocado de pescado y camarón, por lo que, en ese negocio, el cuidado de la materia prima es exhaustivo. “Los clientes se nos pueden intoxicar y salimos perdiendo nosotros porque no volverán”, cuestiona.

Pero no es el único perjuicio: de los 300 platillos que vendía a diario, solo 150 son los que están elaborando porque apenas tiene tres horas desde que regresa la energía hasta el horario de apertura.

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Micaela, de otro de los negocios de la zona, también ha sufrido. Sus congeladores están protegidos por reguladores de voltaje; sin embargo, durante todo el tiempo que no tiene energía, los productos se descongelan y el agua chorrea por el piso de su local.

En el congelador del negocio de Micaela todo estaba descongelado por la falta de luz.CARLOS KLINGER

“¿Qué le pasa al presidente? ¿Acaso no se da cuenta de todo lo que estamos perdiendo y sufriendo?”, dijo una de las trabajadoras del comedor. “Se reacciona de esa manera porque el pollo o las carnes se dañan, no se puede hacer jugo natural sino de sobre y, para colmo, hasta sin helar”, explica Micaela.

Para ella, al igual que para Angélica, es preocupante servir alimentos dañados por todas las consecuencias en la salud que podrían acarrear.

¿Qué dicen los expertos sobre el tema?

Walkenys Waldroph, gastroenteróloga de IECED, aseguró que las preocupaciones son válidas pues las intoxicaciones por comida dañada son ‘veloces’.

“Estas enfermedades son causadas por bacterias que, en el ambiente de una refrigeradora que no funciona, se propagan de manera más rápida. Es decir, es un ambiente propicio para infecciones”, asegura.

En los pequeños negocios también se registran pérdidas. EXTRA

Ella indica que en las últimas dos semanas se ha presentado un repunte de síntomas estomacales como diarrea y vómito, pero que no todos se relacionan a lo mencionado. “Hay un virus que está causando los mismos síntomas, por lo que pasé de ver tres pacientes a ocho; sin embargo, no habría cómo distinguir entre las enfermedades”.

Waldroph recomienda mantener los alimentos que necesiten refrigeración en el congelador ya que perdurarían.

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