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La familia de Melany Huertas la recibió con globos, carteles y sus primas se vistieron de cerditos.Karina Defas

¡Ecuatorianos volvieron a su país y a comer sequito de pollo!

Fueron 248 compatriotas los que arribaron a Quito desde Ucrania y Polonia. Algunos familiares los esperaron hasta vestidos con trajes de sus personajes favoritos. Hubo estudiantes que se quedaron por sus mascotas.

Hubo lágrimas, carteles, frutas, flores, tarrinas con comida, todo con tal de que los 248 compatriotas, quienes huyeron del conflicto bélico en Ucrania, se sintieran bienvenidos. Llegaron a las 10:50 de ayer en el primer vuelo humanitario gestionado por la Cancillería ecuatoriana.

“Fueron momentos de angustia, al no saber si iba a volver con bien”, comentó Dalia Vargas, tía de Melany Huertas, quien residía en Kiev, la capital, desde hace ocho meses.

Pero la celebración no se limitó solo a las flores y globos, las primas de Melany se vistieron de cerditos para recibirla. “Es que a ella le encantan los peluches de chanchito”, comentó Dalia.

Además, en su casa le tenían preparada una reunión con los amigos que Melany dejó en Quito antes de buscar sus sueños de ser médico.

La espera se alargó por varias horas, pues las familias empezaron a llegar a partir de las 08:00 a las carpas que se colocaron en los parqueaderos.

Además, los ecuatorianos debieron pasar por controles migratorios, médicos y psicológicos en el aeropuerto.

Un hombre con un parlante daba las indicaciones de cómo serían los procedimientos. En cuanto fueron saliendo de los controles, los embarcaron en buses para acercarlos a las carpas.

Hubo aplausos, abrazos, palabras paternales... “Ya llegaste, mijita”, decía una señora.

El reencuentro con la familia fue emotivo luego de varios días de angustia.Karina Defas

Sin ‘firulais’

Los jóvenes, en su mayoría estudiantes, arribaron al país en un Airbus A330-300 de la aerolínea World2Fly. Aunque se tenía previsto que fueran 350, quienes se quedaron lo hicieron para no dejar a sus mascotas.

Gabriel Troya contó que su hermano debió quedarse porque no quiso dejar a su perro. “Cancillería no pudo gestionar un vuelo para mascotas y él no podía abandonarlo”, comentó el ecuatoriano residente en Zaporizhia.

Quien tuvo un amargo sabor al llegar fue Carol Paredes, quien reclamó que no pudo traer a su perro. “Lo tuve que dejar en Eslovaquia porque primero nos ofrecieron traerlos y luego ya no”, espetó.

El can se quedó, según la estudiante, con funcionarios de la Cancillería en ese país. “Era lo único de valor que yo tenía allá (Ucrania)”, dijo entre lágrimas.

En este primer vuelo llegaron 8 perros y aún no se conocen si en el que está previsto para mañana vendrán los 80 que en primera instancia se anunciaron.

Mientras tanto, quienes ya están en Ecuador solo quisieron descansar, pues algunos llegaron a las fronteras de Ucrania, incluso a pie. “A mi hijo le voy a dar lo que más le gusta: seco de pollo”, dijo Carmen Romero, antes de abrazarlo.