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¡Diez minutos para el 'amague'!
Por COVID-19, hasta la foto cambia para 850 nuevos profesionales de la Espol. Familiares tienen cronometrado el tiempo para compartir el logro.
Solo disponen de 10 minutos para posar frente al lente de las cámaras fotográficas. Pero también es el tiempo en que familias plasman la espera, que les tomó años para atestiguar la graduación de un hijo, nieto o sobrino.
Es época de incorporaciones en la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). Por la pandemia del COVID-19 no hay espacio para ceremonias ni celebraciones masivas.
La Espol resolvió que los 850 nuevos profesionales dispongan de solo 10 minutos para fotografiarse con sus familiares más cercanos en el hemiciclo de las banderas, uno de los sitios emblemáticos del campus politécnico, norte de Guayaquil.
Hay seres queridos que hicieron un esfuerzo adicional para estar presentes. Es el caso de Enrique Ramos, quien la tarde del lunes último no ocultaba la emoción de colocar el birrete a su hija Ruth, quien a los 25 años se graduó de ingeniera civil.
Para Enrique no fue nada fácil, empezando que vive a 1.000 kilómetros de Guayaquil, en la isla Santa Cruz, Galápagos.
Salió de la isla en el vuelo de la mañana del domingo el 20 de septiembre, día en que el volcán Sangay hizo sentir su poder a través de la emanación de una enorme nube que puso en jaque a seis provincias, entre ellas a Guayas.
El polvo volcánico obligó a que el avión aterrizara en Quito. Luego de cuatro horas de espera al fin pudo salir con rumbo a Guayaquil y reencontrarse con su hija y demás familiares.
El retorno implicó un último sacrificio: por ser nativo permanecerá aislado durante 14 días para evitar un posible contagio de coronavirus. Luego de ese lapso podrá reencontrarse con su esposa Mónica García y sus dos hijos.
Anaí Chamaidán (24) es otra de las graduadas como ingeniera civil. Ella habita con su madre Jenny Vásquez en La Troncal, Cañar.
Por los 10 minutos de fotografías viajaron 78 kilómetros por vía terrestre. Luego de la sesión emprendieron el retorno, el cual les tomó aproximadamente dos horas.
La siguiente meta de Anaí es conseguir trabajo y continuar una maestría. Lo importante para la joven es haber cumplido el sueño de su madre: ser una profesional.