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Primero se afloja y luego se restringe con medidas...
La ciudadanía y epidemiólogos consideran que falta control y de conciencia impide que el virus sea frenado. Se aconseja ser más estrictos y tocar bolsillos
El COE Cantonal dictó nuevas restricciones, luego de conocer el informe epidemiológico de la semana del 15 al 21 de marzo en Guayaquil, el cual reveló que el número de casos confirmados de COVID-19 pasó de 1,6 a 3,4 por cada 100 habitantes y las muertes diarias pasaron de 11,7 a 15, 6. Las disposiciones están en vigencia y se deben acatar hasta el 4 de abril.
“Son las mismas medidas”, manifiesta el epidemiólogo Mario Paredes, quien indica que hay que considerar la posibilidad de que haya una nueva formación de cepa por cada intercambio que tengamos.
“Aunque suene necio para las autoridades, hay que volver a las medidas previas y ser radicales. Por ejemplo, si van a decretar una cuarentena o una zona de aislamiento, que se cumpla a rajatabla, que se tenga que sancionar a la gente económicamente, es la única manera de que puedan entender la situación. De igual manera habría que cerrar las vías aéreas, en este caso el aeropuerto, porque todavía hay existen la cepa brasilera y la de Reino Unido”, señala.
El experto indica que no hay control y que el problema también es el ejemplo. “Cuando hubo el cierre de la campaña electoral no había aforo ni distanciamiento social, incluso la misma alcaldesa (Cynthia Viteri) está parada en uno de los vehículos en una procesión de carácter multitudinario. También pasó lo de las graduaciones (en centros educativos). No se puede aflojar y luego restringir, se le está dando un mensaje equivocado a la población, por eso no obedece. El problema no es el virus, sino el comportamiento de las personas”, asevera.
Para la ciudadana Margarita Cabero hay contradicciones. “Se habla del control municipal, pero vaya a ver las metrovías, van llenitas. Allí no dicen nada”, expresa.
Andrea Mora asegura que su esposo cumple con las medidas de bioseguridad e igual se contagió. "Pagamos justos por pecadores".
El epidemiólogo Luis Triviño califica a las medidas como ortodoxas y sin efectividad porque nadie las cumple. Hace hincapié en la pronta vacunación, pero espera que las dosis que lleguen no pasen al servicio VIP o ‘palanqueados’, sino a la comunidad.