Desde las primeras horas de este sábado 31 de agosto de 2024, cerca de 60 bomberos provenientes de Riobamba, Latacunga, Sigchos, Ambato y Guaranda acudieron a la zona donde, desde la tarde de ayer, se ha reactivado el incendio forestal de Sigchos y se ha vuelto incontrolable. Uno de los feroces enemigos de los bomberos es el viento, que en la zona alcanza velocidades de hasta 60 kilómetros por hora, avivando las llamas.

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El coronel Ángel Baño, comandante provincial de los bomberos, informó que el incendio en el sector del cerro El Púlpito, inicialmente considerado bajo control, había vuelto a activarse en varios puntos. “Lamentablemente, no sabemos si fue provocado por personas o por las condiciones del terreno, pero surgieron nuevos focos de incendio, uno de ellos en la cima de la montaña adyacente”, señaló Baño.

Baño explicó que, debido a la complejidad del terreno, el personal había optado por una estrategia de combate indirecto, intentando establecer líneas de defensa en quebradas con la esperanza de frenar el avance del fuego. Sin embargo, dejó claro que sin la colaboración de la comunidad, los esfuerzos de los bomberos serían en vano. “Hemos hecho todo lo humanamente posible para controlar el incendio, pero si los mismos dueños de las tierras continúan realizando quemas, nuestra labor se vuelve imposible”, afirmó.

El fuego no solo avanzó hacia nuevas zonas, sino que también amenazó plantaciones de mortiño, vitales para la elaboración de vino en la región. Aunque inicialmente se creyó que este incendio estaba controlado, Baño aclaró que este sector específico, al parecer, se encontraba al otro lado de la montaña y aún no se tenía un reporte preciso sobre la situación. Indicó que establecerían contacto con el jefe de bomberos del lugar para obtener información actualizada.

Baño manifestó la importancia de trabajar en la concientización de la comunidad y en la responsabilidad de las autoridades para prevenir estos incendios, que en su mayoría, según él, son provocados intencionalmente por quienes buscan expandir su frontera agrícola. “Es momento de que las autoridades actúen con firmeza. No podemos permitir que el fuego destruya las plantaciones naturales por el afán de algunos de ampliar sus terrenos”, sentenció.

El jefe de bomberos explicó que las condiciones meteorológicas, en especial la velocidad del viento, complicaron el uso de drones para realizar estos cálculos. “El viento alcanzó velocidades de hasta 60 kilómetros por hora, lo que dificultó significativamente nuestras operaciones”, concluyó.

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